Aunque el peso sea menor a mis fuerzas: busco ayuda para levantar mis propósitos. Si el peso es mayor a todas mis fuerzas posibles: busco ayuda. Busco ayuda, cuento con ayuda. En todo momento tengo ayuda disponible.
El fuego que arde en la candela echa chispas. El fuego salta haciendo nacer estrellas. El fuego libre baila con los clavos enterrados en la madera que se quema. Los clavos del pasado se retuercen en el fuego, gritan ante el hervor y su extinción. También lanzan gritos, pequeñas piedras que se queman. Todo está ardiendo: los clavos que me tenían clavado a ideas fijas del pasado, a reclamos de abandonos, a obstáculos que hasta ahora no se han podido vencer. Todo lo que se oponía al cumplimiento de nuestros objetivos: arde, está deshaciéndose. La derrota está derrotandose. La puerta de los deseos está abierta. Todo está claro y luminoso. Todo es bueno. Agradezco lo que viene porque ya está aquí. Me he sacado el clavo y lo he puesto al fuego.
Las piedras que me eran obstáculos innecesarios: están hechas polvo. El jinete viene a lo lejos cantando: "ha muerto el rey viva el nuevo rey".
El eterno vivir en cada uno de nosotros es uno. Esta vida eterna manifiesta su existencia en muchas formas diferentes. En otras palabras, lo singular convertido en plural, en totales.