El capítulo III de la propuesta de nuevo código penal sobre infracciones contra el buen vivir contempla artículos sobre la mala práctica médica. Se entiende, por lo tanto, que al especificar esta actividad profesional, otras profesiones involucradas con la protección de la vida no tienen igual tratamiento legal ni social.
Por ejemplo, ¿qué pasa con un ingeniero que construye mal una casa por abaratar costos y esta se derrumba; qué ocurre con un mecánico que arregla mal un vehículo y este atropella; qué con quien manipula alimentos inadecuadamente e intoxica; qué con un administrador de una planta química que vierte venenos al ambiente? Así podemos enlistar una serie de profesiones que tienen que ver con el cuidado de la vida. Es verdad que la actividad médica tiene una directa responsabilidad con las personas, pero también la tienen otras actividades, por lo que más lógico sería sancionar la mala práctica profesional.
El nuevo código define con mala práctica médica al profesional que de forma culposa, es decir premeditada, produzca daño a una persona. Esto, que puede ser acertado, ha generado rechazo porque parte de que la actividad médica estaría guiada, en muchos casos, por comportamientos no éticos. La propuesta de artículos específicos para la actividad médica responde a las denuncias y planteamientos de individuos que manifiestan haber sufrido mala práctica médica: hospitalizaciones innecesarias, operaciones no justificadas, cobros indebidos, daños directos, mal uso de fármacos, etc.
La propuesta de ley habla también de profesionales que no cumplan los protocolos médicos. Sin embargo, en el país no existen protocolos estandarizados para el sector salud pública o privada; códigos o estándares están por diseñarse, o lo que se llama crear escuela, y eso ha sido muy complicado en el país.
Preocupa a los médicos una ley punitiva dentro de un sistema de salud global inadecuado. La moderna tecnología médica y de diagnóstico, los conocimientos de bioingeniería y genética molecular, muestran cada vez más que la práctica de salud idónea necesita instrumentos y pruebas complejas que evalúen la susceptibilidad real a un fármaco, los posibles efectos indeseables, que certifiquen diagnósticos, que aseguren tratamientos. Pese a eso, la medicina no es infalible.
La mala práctica médica tiene que probarse y sancionarse pero, así mismo, la sociedad, el Estado y los gobiernos deben hacer el mayor esfuerzo para garantizar una atención de salud eficiente, actual y del mejor nivel. El país debe organizar su escuálido sistema de salud.