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El Telégrafo
Tatiana Hidrovo Quiñónez

Magia indexada

10 de marzo de 2016

El uso del método científico para resolver problemas materiales, producir conocimiento, tecnología y nociones de verdad a partir de la constatación empírica de la realidad, ha sido considerado como condición sine qua non para que un país sea reconocido como moderno, cumpliendo con los postulados de la cultura occidental que busca imponerse en todo el orbe.                        

Latinoamérica siempre ha sido mirada como un lugar atrasado, entre otras razones, porque según los preceptos de los centros de poder, ella no cumplió a su debido tiempo con los estándares de la ciencia. Nuestro continente ha vivido constantemente la tensión entre modernidad real, teatro de modernidad, modernidad propia e incluso hay quienes dicen que hemos buscado la puerta de escape hacia una no - modernidad. Esa tensión, hasta ahora, no ha sido resuelta.         

Mientras vivimos en la encrucijada, al mismo tiempo se está produciendo un cambio profundo de la propia modernidad, en tránsito hacia la dimensión del Espejo, caracterizado por la virtualización de la realidad, la velocidad y lo efímero. En este proceso,  la ciencia como método de interacción con la realidad objetiva se encuentra en riesgo al entrar en una gran contradicción, debido a que una parte de ella se estaría convirtiendo en ficción de ciencia, especie de artificio y simulación.

Decenas de artículos indexados en las llamadas revistas científicas aparecen día a día, siguiendo el ritmo del vértigo y la velocidad del extraño mundo que está naciendo, como si fuera posible vencer el lento proceso que inevitablemente debe cumplirse de acuerdo al riguroso método científico creado por la vieja modernidad,  que demanda no solo la identificación de un problema de la realidad, sino además, la construcción fina del marco teórico, la identificación de las pruebas concretas, su análisis o experimentación y luego la conclusión o incluso denegación de la hipótesis planteada.  Uno de los atajos para desarrollar la ficción de ciencia y cumplir con el designio del Espejo, lleva a poner más énfasis en la forma del informe científico: por ello un aspirante a científico se preocupa más por escribir como científico que en cumplir con la rigurosidad del método y la investigación, y en consecuencia, por medio de la forma y la estandarización, se crea la ficción de verdad científica. Esa especie de falsificación permite cumplir con el primer designio de los nuevos tiempo, la velocidad. De esta manera, nuevos científicos–obreros están obligados a incrementar la productividad que debe ser medida por medio del número de  artículos indexados. Por ejemplo, si no producen un artículo cada año, no son productivos. Pero en realidad, ningún informe de una investigación rigurosa se puede lograr a la brevedad, porque los tiempos de la investigación científica cierta son mucho más lentos.

Si se produce el dominio del Espejo, al final, habrá quizás dos dimensiones de la ciencia: aquella que responderá a la interacción con la realidad concreta y la experimentación, y aquella que será una especie de ciencia banalizada.      

Esta reflexión está inspirada en el artículo escrito por el gran Humberto Eco, titulado el “Mago y el científico”. Eco dice en una parte de ese artículo: “Creo que deberíamos volver a los pupitres de la escuela. Le corresponde a la escuela, y a todas las iniciativas que pueden sustituir a la escuela, incluidos los sitios de Internet de credibilidad segura, educar lentamente a los jóvenes para una recta comprensión de los procedimientos científicos”. Por nuestra parte agregamos que es muy peligroso vivir solo en el  reflejo y la magia.         

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