Fue Mae Montaño la primera que me lo explicó. No de viva voz, sino a través de una entrevista radial. El periodista inquiría sobre las ventajas de que hubiera tantas mujeres en círculos de poder en el gobierno de Rafael Correa, y Mae fue clarísima: esas mujeres no estaban allí por una trayectoria feminista, sino como vacías figuras útiles.
Mae Montaño (Esmeraldas, 1953) creció en una zona marginal, en medio de una familia de mujeres que lavaban ropa ajena día tras día para poder sustentar a los suyos. Mae se destacó desde los primeros años de su educación, sin dejar de ayudar a la madre. Como licenciada en Ciencias de la Educación pudo ejercer la docencia. Luego se formó en universidades del exterior en Administración de empresas y Políticas públicas.
Cuando ella descubrió las condiciones en que se debatían varios conciudadanos se dio cuenta de que quería trabajar por los invisibilizados: población afro, mujeres, niños. Así que llevó a cabo varias iniciativas comunitarias, como escuelas de formación de líderes o de práctica deportiva.
Fue parte, asimismo, del Foro Permanente de mujeres. Había constatado que los políticos son esos tipos que llegan a los territorios de la pobreza solo para hacerse de votos, pero pensó que, justo, un modo de luchar porque la sociedad mejorara era la formación, lucha y carrera política.
Sufrió desplantes por ser mujer, por ser negra, por no estar casada. Ningún partido se interesó por ella, a pesar de su vocación social y trayectoria. Tras fundar un partido de corta vida, fundó “CREO”, partido del que acaba de desafiliarse, argumentando necesitar mayor independencia.
“CREO” no ha llegado a constituirse en un referente ideológico, pues se convirtió en la plataforma del conservador Guillermo Lasso.
Montaño ha sido fiel a sus principios ideológicos, ha sido honesta y capaz y defendido los intereses de grandes mayorías.
Simboliza el pluralismo y la democracia. En un país en el que hubiera verdaderos partidos y escuelas de formación política, ella habría podido llegar más lejos. Méritos le sobran. (O)