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El Telégrafo

Los Wikimushpas

13 de abril de 2011

Wiki es un término hawaiano que significa “rápido”. Mushpa viene del kichwa y quiere decir “volado” o “ido”. Su conjunción describe perfectamente a quienes, tras la declaración de persona non grata a la embajadora estadounidense, muy presurosos, revelaron su neocolonialidad, agilidad para exponer su afiliación al modelo gringo y la ligereza de sus pensamientos sobre el significado de dignidad.

Esos Wikimushpas nos creen shunshos. Olvidan fácilmente de quienes ejercieron la Cancillería del Ecuador y fueron, sin vergüenza, capaces de entregar territorio ecuatoriano para una base militar gringa. Le llamaron “colaboración” y nunca violación a la soberanía. Y ahora sufren por el Atpdea, del cual no hemos recibido nada en los últimos años, sin por ello perder soberanía y menos plata.

Los Wikimushpas están permeados de colonialismo extremo y nos quieren convencer de que “hay otras formas de diplomacia” para ser más adustos, sobrios y hasta inmunes en las relaciones internacionales. Osan decir que ni siquiera con Perú rompimos relaciones y ahora por una “bagatela” botamos a la embajadora Heather Hodges. Si no lo hicimos con Perú habría que preguntarse quiénes ejercían cancillerías y presidencias de esas épocas y también si efectivamente eran guerras por soberanía o por intereses de empresas petroleras extranjeras.

Para los Wikimushpas es un honor tener buenas relaciones con el imperio (en otras palabras, garantizar sus negocios y vacaciones “miamescas”). Un wikimushpa, Gustavo Noboa, dijo que de soberanía no come el pueblo y que mendigamos las relaciones comerciales con EE.UU. ¿A ese pueblo que “no come soberanía” no le llamaban a pelear contra el Perú, en 1941,  en 1981 y en 1991? ¿Desde qué valor existencial, moral o político lo convocaban? ¿Ganar la guerra a Perú nos iba a dar más comida y ser más prósperos? El pueblo, “que no come soberanía”, ponía los muertos y ellos se llevaban las medallas.

La soberanía no da plata, tampoco nos coloca en un altar privilegiado. Sí nos identifica y sitúa como organismo vivo con una personalidad para asumirnos como nación o nacionalidad. Permite hablar de igual a igual, comerciar desde la complejidad e inequidad del mercado, pero sobre todo construir un proyecto de país sin tener que avergonzarnos de nada, que eso sí pasa por el rostro de todos los Wikimushpas que han salido a defender su apego al imperio y a su cuota de reconocimiento, para no quedar fuera de los cócteles del 4 de julio en la residencia de la embajadora gringa.

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