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El Telégrafo
César Montaño

Los títulos de la vergüenza

14 de abril de 2019

Cuando las personas emprenden hacia el objetivo de educarse y lograr altas metas de formación se requiere la concurrencia de elementos diversos, relacionados con el entorno y las condiciones sociales y económicas familiares, personales y hasta nacionales.
Educarse demanda mucho esfuerzo, a veces por largos períodos combinados con tareas laborales para financiar el estudio. Sin embargo, hay casos de personas que obtienen titulaciones, hasta de posgrado, mediante fraude y conductas delictuosas. Tales personajes y sus cómplices en tan audaz empresa deben responder ante la sociedad.

Jerarcas del Gobierno anterior han sido cuestionados precisamente por haber obtenido y utilizado títulos universitarios forjados o “chimbos”.

Casos ubicados sobre esta anormalidad involucran a los tristemente recordados hermanos Alvarado, al primo Pedro Delgado, a la exvicepresidenta Vicuña, quienes ocuparon sensibles espacios de poder sin ser debidamente preparadas ni transparentes. Ocurrió cuando durante la década robada se insistía en que estábamos gobernados por gente de manos limpias y mentes lúcidas, cuando la meritocracia fue solo un rótulo.

Seguramente, una de las causas para explicar la penosa situación que vive el país en varios campos consiste en que hemos sido gobernados a base del engaño, sin veracidad ni honradez para tomar decisiones centrales, manejar la cosa pública y usar los recursos, lo que evidencia graves responsabilidades políticas, civiles y hasta penales de personajes que la historia reciente no debe marginar.

Empero, los títulos de educación superior de la vergüenza son problema menor, el mayor, la impunidad frente a las actitudes delincuenciales de gente sin valores ni principios.
Esas titulaciones tan codiciadas permitieron ejercer autoridad y decidir asuntos sustanciales para todos, esto en conjunto evidencia una burla grotesca de la sociedad, ante lo cual la justicia debe brillar para ubicar a los responsables y sancionarlos con todo el rigor de las leyes. (O) 

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