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El Telégrafo
Víctor Mendoza Andrade

Los suelos

09 de agosto de 2016

El suelo es uno de los recursos naturales vitales para la humanidad, la cual obtiene casi la totalidad de sus alimentos a través de cultivos y animales. Los agrónomos, para calificarlo como tal, establecen como características básicas el poder sustentar superficialmente una vegetación y la capacidad de mantener la vida y desarrollo de las plantas mediante el aporte de los elementos químicos de sus minerales.  

El suelo, con sus componentes minerales -arena, limo y arcilla-, integrados por aglutinantes como la materia orgánica, es como un edificio formando espacios vacíos (poros), los cuales, con cantidades adecuadas de aire y agua, ofrecen sustento y los alimentos necesarios para la vida y desarrollo de las plantas.

La fertilidad del suelo depende de estos minerales desintegrados y meteorizados mezclados con materia orgánica; y provistos de cantidades adecuadas de aire y agua, ofrecen sustento y los elementos necesarios para la producción agrícola.

Las investigaciones realizadas sobre el crecimiento de la población del planeta calculan que para 2050 superaría los 9.000 millones de personas; no obstante que actualmente se advierte que, cada año, alrededor de una tercera parte de los alimentos producidos (el equivalente a 1.300 millones de toneladas valoradas en un billón de dólares aproximadamente) acaba pudriéndose en los cubos de la basura de los consumidores y los minoristas, o bien se estropea debido al transporte y los métodos de recolección deficientes. En las condiciones actuales, con los despilfarros indicados, para alimentar a la población mundial -si llega a 9.600 millones para 2050- harían falta casi 3 planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener la forma de vida actual de la sociedad opulenta.

Para controlar esta situación, no solamente será necesario establecer el consumo sostenible, sino que se requerirá aumentar en 70% la producción agrícola. La reserva de suelos con estos fines se encuentra en los territorios de los países de Latinoamérica donde se localiza más de la cuarta parte de las nuevas tierras potencialmente cultivables. Y la región, para mantener la potencialidad agrícola, debe proteger la riqueza de sus suelos.

Ante las indicadas perspectivas, que pueden suceder a corto plazo en la humanidad, debemos tener presente que el recurso natural suelo es considerado como un recurso no renovable, porque se origina por un proceso de evolución muy lento, mediante la meteorización de la denominada roca madre. Este proceso significa la acción de varios factores que intervienen en forma combinada: el material parental (los minerales constituyentes de la roca madre), la geomorfología (topografía), elementos biológicos (microorganismos, animales superiores, plantas), clima (temperatura, pluviosidad, alternabilidad estacional), entre otros.

El resultado es la capa superficial del suelo, en la cual actúan las raíces de los cultivos para obtener los alimentos necesarios para la vida humana. Tiene muy poco espesor y se considera capa arable aproximadamente 40 cm. Sobre su manejo y cuidados trataremos próximamente. (O)

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