Publicidad

Ecuador, 30 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Oswaldo Ávila Figueroa, ex docente universitario

Los perturbados y su libertad de expresión

31 de mayo de 2014

Aún quedan algunos perturbados que amparados en su exclusiva libertad para difundir lo que les da la gana, insisten, contradictoriamente, que la libertad de expresión está siendo maltratada en Ecuador.

En el fondo, ciertos políticos de la derecha fracasados presienten y conocen que la prensa comercial tiende a seguir perdiendo influencia en el público, a consecuencia de su desacierto en el manejo de las informaciones y el odio desatado por los comentaristas contra el líder Rafael Correa Delgado, conductor de la Revolución Ciudadana. Los grupos de poder entronizados en los medios privados ya habían dejado de gritar que se respete la libertad de expresión, pero con la vigencia de la Ley de Medios, posesión de autoridades seccionales y la reelección indefinida, retornan al tema, con agresividad y rabia, sin medir el alcance de sus palabras que podrían generar un enjuiciamiento penal. A manera de ejemplo de una conducta nociva, recientemente, el presidente de la Cámara de Comercio del Ecuador, en un acto en homenaje a su amigo, el Alcalde de Guayaquil, tras alabar al personero municipal y apartándose del propósito de la reunión, señaló: “Desde que Rafael Correa está en el poder, se han perdido las libertades. Nuestro país ha sido secuestrado por la peor tiranía que recordemos”. En otra parte de su perorata dijo: “La Constitución ha sido redactada y aprobada a medida del poder central y que es desconocida y violada cada vez que el tirano lo ordena”. La prensa ‘independiente’ denomina discurso crítico a esa serie de acusaciones sin sentido con las que, en un régimen dictatorial, el representante de los comerciantes ya estaría encerrado en una cárcel para presos peligrosos. Es lamentable que, en general, el hombre o la mujer, ciegos por el odio confundan el derecho a la crítica con la calumnia. El menos ilustrado sabe que el dictador o tirano asume el poder político por golpe militar, suprime las funciones del Estado, silencia a los partidos, clausura medios de comunicación y encarcela a periodistas opositores. A la vista de los ecuatorianos, en el gobierno del Buen Vivir hay libertad para expresarse y de acción, pero no para ofender, conspirar y matar. En otro sector, dos alcaldes alineados en la oposición, abrigados con una mínima ventaja electoral, en lugar de difundir planes de trabajo, adoptan gestos inadecuados y en angustiosos llamados piden a los ciudadanos a luchar por los libertades y el progreso, paradójicamente, en un país en el que cada día se fortalece la democracia, se respeta la voluntad popular y se orienta por la senda del Buen Vivir. Con la decisión irreversible de Rafael Correa de apoyar la iniciativa de la reelección indefinida, ya comenzó la prensa ‘independiente’ y sus aliados, políticos obsoletos, a intensificar su campaña contra la supuesta perpetuidad del poder político, cuando, en democracia, el pueblo es el que toma la decisión definitiva.

La tesis de la reelección presidencial es imperativa, frente al peligro de la restauración conservadora en Latinoamérica. La libertad de expresión rige en Ecuador y se consolida con la Ley de Medios como un derecho ciudadano en su universalidad. Solo los necios no quieren reconocer que ese principio de expresarse no es propiedad exclusiva o privilegio de los medios comerciales, que ya no es poder, sino un servicio público.

El contrincante, con todo el espacio disponible en la prensa privada, prepara otra estrategia para bloquear el proyecto de reelección presidencial y frenar el proceso de reivindicación y sus logros en los sectores educativo, económico y social.

En lealtad con el pensamiento de Lincoln: “Democracia es el gobierno del pueblo”; Correa, en el mensaje a la nación, dijo: “Mi vida ya no es mía, sino del pueblo. Mi cargo siempre estará a disposición del pueblo”.

Contenido externo patrocinado