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El Telégrafo

Los nuevos tiempos

25 de enero de 2013

La actual instancia electoral es la ocasión válida y legítima de expresión de enfoques ideológicos de las diferentes postulaciones al solio presidencial del Ecuador, que entraña no solo conocer la visión de la problemática ecuatoriana, que las diferentes agrupaciones partidistas concurrentes al acto eleccionario tienen y sustentan, sino también las condiciones propias y de personalidad política social de los diferentes aspirantes donde, sin duda, hay grandes diferencias. Y es que el temple, conocimientos y ejecutorias de Rafael Correa son muy difíciles de superar por quienes compiten con él en esta oportunidad, y en el futuro. Son los nuevos tiempos.

Es evidente, además, que la sustitución del viejo Estado burgués, por un régimen distinto donde la justicia social sea el leitmotiv de los gobernantes, solo podrá hacerse con un mandatario probado y firme, lleno de pureza de convicciones, con conocimiento e ilustración, dispuesto a dar la vida por la felicidad del pueblo. Y desde luego, lo tenemos, es el candidato Correa Delgado.

Las movilizaciones de millones de compatriotas, en todas las regiones de la República, que han ingresado a la palestra de la democracia y apoyan sin ambages al presidente Correa, anuncian la derrota de las añejas camarillas clientelares que invertían -y lo siguen haciendo- en las campañas electorales como lo hacen en sus negocios, y que son los mismos que generaron la sucretización, el feriado bancario y enviaron al exilio a cientos de miles de familias.

No obstante, como cómplices y autores de los mayores latrocinios, algunos de ellos ahora regresan con premeditación y alevosía a tratar de engañarnos como lo han hecho durante siglos, desconociendo con prepotencia singular que hay una nación distinta que no se somete ni a la banalidad de banqueros o empresarios, o a vociferantes de feria, mucho menos a la intromisión extranjera. De allí que las perspectivas del triunfo popular sean reales y en la primera vuelta.

Es por esto que muchos diletantes de la política estamos ciertos que la verdadera lid comicial estará en la necesidad de lograr una mayoría en la Asamblea Nacional, para el Movimiento PAIS, obviamente una ventaja amplia, con asambleístas que ayuden a la gobernabilidad del Ecuador, sin traiciones ni golpes bajos y más bien unidos en los ideales de la Revolución Ciudadana, y en los altos postulados nacionales.

Y entonces el conocimiento que las masas populares tienen sobre los cambios profundos realizados y de su continuación y perfeccionamiento es sustancial; de la misma manera, que se sepa que lo obtenido en el fragor de la lucha contra los dominios fácticos solo son los inicios; que los lauros que permitieron el desmembramiento de la partidocracia y la arquitectura de las nuevas relaciones de poder, quitándoselo a la oligarquía y poco a poco desplazándolo hacia los intereses ciudadanos, hay que reforzarlos, para lo que se requiere una legislatura integrada por compañeros leales y patriotas, como los que integran la lista 35.

Todo lo conseguido es histórico, pero el proceso debe continuar. Por todo ello es necesario, urgente, que se comuniquen de boca en boca las vertientes fundamentales de la cadena constructiva de la patria nueva y la obligación de la conciencia colectiva de difundir su magnitud, evocar y no olvidar.

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