¿Qué le pasó a Donald Trump cuando durante el lanzamiento de su campaña por la candidatura del Partido Republicano para la Presidencia de Estados Unidos se expresó de manera en extremo despectiva acerca de los migrantes mexicanos y, en general, sobre los latinoamericanos? ¿Fue un exceso de sinceridad, o se trató en verdad de una traición del subconsciente? Lo cierto es que este multimillonario estadounidense de 69 años -quizás el magnate más conocido de esa nación- causó un estallido sociopolítico a nivel mundial con sus duros comentarios, al decir que “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando gente con un montón de problemas. Están trayendo el tráfico de drogas. Nos está enviando a violadores y delincuentes. Y esto se puede atribuir no solo a los inmigrantes mexicanos, sino también a los latinoamericanos, aunque asumo que hay algunos que son buenos”.
Cabe recordar que Estados Unidos, al igual que sucede con la mayoría de las naciones de nuestro continente, es un país conformado por una amplia población inmigrante que, a través de los tiempos, ha venido contribuyendo al desarrollo nacional. Desconocer tan importante detalle y, además, no solo subestimarlo, sino también desacreditarlo y disminuirlo, constituye un hecho de traición a la verdad y de solapada cobardía que esconde la realidad. Expresó también Trump durante su discurso de 45 minutos, que en caso de llegar a la presidencia del país norteamericano, construirá un gran muro en la frontera de Estados Unidos y hará que México lo pague.
Luego de tan candentes declaraciones, las reacciones a favor o en contra del dueño de la franquicia del concurso de Miss Universo no se hicieron esperar en los diversos meridianos y paralelos del mundo, sobre todo en los países de nuestra América. Así, mientras unos rechazaron las polémicas expresiones de Trump y dieron por terminados contratos firmados de antemano, otros pusieron de manifiesto su complacencia por la frontalidad del millonario político. El senador Ted Cruz fue uno de ellos. “Me cae bien Donald Trump, dijo. Creo que es genial, creo que es intrépido, creo que dice la verdad”. Cruz no piensa que Trump debería disculparse por sus comentarios, destacando que “la gente estadounidense está harta” del problema de la migración ilegal en Estados Unidos. Sin duda que el senador Cruz, al igual que ha sucedido con otros ciudadanos estadounidenses, está convencido de que Trump rescató el sentimiento nacionalista de su país, que según expresó el magnate, se ha convertido en “el basurero de todos los problemas de los demás”.
Prometió Donald Trump en aquella oportunidad que, como presidente de Estados Unidos, buscará restaurar la grandeza de su nación. “Vamos a hacer a nuestro país grande de nuevo”, aseguró, para luego rechazar el avance económico de países como China y Japón. “México no es nuestro amigo, añadió, y está ahogando económicamente a Estados Unidos”. Por último, para corroborar su personalidad ególatra, calificó a los dirigentes de Estados Unidos, todos unos “estúpidos, controlados por los lobbies y los intereses especiales”. “Nuestro país tiene verdaderos problemas”, señaló. “Nuestros enemigos se hacen cada vez más fuertes, mientras nosotros cada vez más débiles”.
Pero entonces, ¿por qué Estados Unidos arma guerras por todos lados del mundo, conflagraciones que debilitan, no solo a los pueblos invadidos, sino también a sus invasores? Y además, conviene que Donald Trump y sus seguidores recuerden que es necesaria, indispensable, la solidaridad entre los pueblos, para el logro de la paz y el desarrollo en auténtica armonía. (O)