Lecciones ideológicas librescas, participaciones electorales poco exitosas, actos políticos nada masivos, lucha callejera insustancial y formas carenciales de propaganda partidaria, ha caracterizado la presencia de los partidos izquierdistas en nuestro país en estos últimos treinta años de período constitucional.
La mortal división del movimiento socialista internacional, el denominado cisma chino-soviético, pero por sobre todo el inmovilismo y sectarismo de mucha de la dirigencia nacional, causaron la división del movimiento sindical, campesino y estudiantil -que son la base de los procesos de cambio- en facciones irreconciliables que atomizaron su accionar y convirtieron a nuestro conglomerado social, generoso y valeroso, en presa fácil de los cantos de sirena del populismo, la pequeña burguesía y la socialdemocracia.
Las posiciones de los fundadores de los partidos socialista y comunista, que en el pasado asumieron enarbolar la bandera de la reivindicación social, en el Ecuador, lamentablemente han sido muchas veces superadas por el cálculo personal egoísta, o de grupúsculos nefastos enquistados en esas columnas partidistas.
La intransigencia e intolerancia de unos pocos obligaron a salir de sus filas a valiosos y honestos combatientes que planteaban una respuestas coherente a la problemática de la nación, a partir de nuestra propia realidad antes que de otras; recordando la frase de Mariátegui, de que el “marxismo no puede ser calco ni copia”, muchos militantes mordieron el polvo de la derrota ideológica y ya no están entre sus hermanos de clase ni en la vida.
Hoy que se necesitan, más que nunca, cuadros capaces, honestos y valientes, que ayuden al desplome del viejo orden burgués, la acción colectiva del pueblo organizado es vital, lo que implica solventar, quizá, el regreso a los orígenes de la izquierda política, aquella no comprometida con negocios gremiales ni con ligas de mafiosos con membrete y sonsonete de socialistas. En otras palabras, los ciudadanos responsables, leales y comprometidos con el proceso revolucionario que encabeza Rafael Correa Delgado.