Desde hace miles de años existieron iluminados como Buda, Lao Tse y Jesucristo, entre otros, que alcanzaron niveles superiores de conciencia.
Pero fueron pocos los capaces de elevarse a sus niveles espirituales, y para muchos, sus enseñanzas no fueron comprendidas, otras distorsionadas y también hasta el presente, pierden su espiritualidad al ser utilizadas como instrumentos de poder burocrático.
Lo más difícil en los seres humanos es cambiar. La mayoría se encuentra inmovilizada por sus hábitos cotidianos, por sus costumbres, que son mucho más poderosas que sus deseos de cambiar.
A nivel individual existen tres causas por las que algunas pocas personas cambian profundamente en su ser: el sufrimiento extremo, el que una tragedia le haga tocar el fondo de su existencia y el cambio auténtico de su religión o ideología, que las lleva a ver el mundo y a sí mismas de una manera diferente.
El resto de cambios es parcial, en la medicina, la psicología, la psiquiatría, la economía y la política, son superficiales y momentáneos, no producen una revolución interior.
Los cambios, para que se sostengan, deben ir a la integralidad del ser. Lao Tse, hace miles de años, entendió que hay que integrar las tres principales energías del universo, para llevar una vida sana y poder trascender. “La primera es la energía de la tierra. Centrada en el vientre, se expresa como sexualidad.
Quienes cultivan y dominan la energía física alcanzan la pureza parcial. La segunda es la energía del cielo. Centrada en la mente, se expresa como conocimiento y sabiduría. Aquellos cuya mente se funde con la Mente Universal también alcanzan la pureza parcial.
La tercera es la energía armonizada. Centrada en el corazón, se expresa como percepción interior espiritual. Quienes desarrollan la percepción interior espiritual también alcanzan la pureza parcial. Solo cuando realizas las tres -dominio de la energía física, estado de la mente universal y percepción interior espiritual-, y las expresas en una vida virtuosa integral, puedes alcanzar el Tao puro”.
El avance de la destrucción ambiental, la bancarrota del sistema de explotación mundial y el mal vivir generalizado como alternativa están desarrollando muchos líderes integrales, acelerando la conciencia de la humanidad hacia un cambio de época.
En ningún otro momento como ahora, los que en forma oculta han dominado a la humanidad y degradado su desarrollo espiritual están quedando al descubierto. El momento de cambiar, ser y actuar es ahora.