Es fácil aceptar que lo único permanente en el mundo es el cambio; nos asombramos, sin embargo, cuando la crisis mundial no afecta a Sudamérica, más aún que un subcontinente, normalmente deprimido, sea ahora considerado de gran potencial económico; por otra parte, es impactante la renuncia del Papa en funciones y la inmediata elección de su reemplazo argentino; así como nuestra adaptación a vivir diarias distorsiones del entorno.
Miremos estos cambios desde la perspectiva esotérica, pues así como la gente pasa a través de múltiples estados del desarrollo humano, la Madre Tierra también se mueve por sus propios niveles de evolución y crecimiento que son provocados por cambios del modelo cósmico. Actualmente, la Tierra -como un ente- está sufriendo muchas alteraciones debido a variaciones en su sustancia cósmica y en la influencia energética que son causadas por el paso de la antigua Era de Piscis a la nueva Era de Acuario. Algunos creen que las eras afectan tanto a la forma de pensar como a los valores morales de la humanidad.
La Era de Piscis se caracterizó por expresiones emocionales y de vida interior; duró algunos miles de años y fue simbolizada por el pez y el agua, especialmente durante los inicios de la Cristiandad. En este ciclo predominó la devoción, el idealismo, el martirio, el sectarismo y el conflicto emocional que eventualmente se purifica con el agua.
La Era de Acuario, en cambio, traerá un extendido desarrollo mental y tal vez una más organizada y rítmica vida. Su símbolo es una persona cargando un gran recipiente de agua que significa la fuente del conocimiento a través del poder de la mente. La globalización de la tecnología y de las comunicaciones son reflejos de lo que sucede por esta transición de nuestro planeta. Nuestros dinámicos logros científicos son simplemente subproductos de la evolución de este globo terráqueo en su nuevo desarrollo espiritual y la entrante sustancia de Acuario. El paso gradual de Piscis a Acuario ha sucedido por varias décadas de tal manera que algunos clarividentes aseguran que esta transformación planetaria terminará precisamente en este año 2013 cuando la devota energía de Piscis finalmente se extinga, aunque algunos de sus efectos seguirán sintiéndose por algún tiempo. Las estimulaciones intelectuales y sensibles de la energía de Acuario ya están completamente ligadas al mundo. Su sustancia etérea se pondrá de manifiesto en este año. Y finalmente el aspecto físico será visible en 2018.
Se cree que la Era de Acuario traerá consigo una edad de hermanamiento universal arraigada en la razón, donde será posible solucionar los problemas sociales de una forma justa y equitativa y con mayores oportunidades para la mejora intelectual y espiritual, ya que Acuario es un signo erudito y científico.
El planeta que lo rige, Urano, está asociado con la intuición (el sentimiento de lo irracional por encima de la razón) y las percepciones directas del corazón. A un nivel más básico, gobierna la electricidad y la tecnología. Es por eso que la astrología oriental asocia la actual Era de Piscis con el yin (espiritualidad e intuición); Acuario, por su parte, representa el yang, poniendo énfasis en la racionalidad y la alta tecnología.
El esoterismo es tan viejo como la humanidad, y así mi formación técnica lo rechace por no ser razonable, me gusta su ingenuo optimismo con el que explica el presente y encara el futuro.