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El Telégrafo

Los análisis de impacto ambiental

06 de junio de 2011

En días pasados, una institución del Estado publicó una larga lista de construcciones civiles para las cuales solicitaba los servicios de consultoras para elaborar los estudios de los potenciales impactos ambientales originados por las indicadas obras.

Debemos recordar que mientras los animales tienen adaptaciones genéticas para enfrentar las condiciones desfavorables del medio ambiente, los seres humanos contamos con la inteligencia para, mediante la construcción de “obras”, superar estas condiciones.

Sin embargo, las intervenciones agresivas del hombre no pocas veces han ocasionado alteraciones en el medio ambiente de tal magnitud que, de acuerdo a D. Meadows, podrían provocar el colapso de la civilización antes de fin del siglo XXI. La indicada científica ambiental trabajó para el MIT y el Club de Roma -entidades científicas que evaluaron con singular acierto  la situación crítica de los recursos naturales en el nuevo milenio- y dirigió al equipo técnico que elaboró el documento “Límites al crecimiento”.

Los proyectos de desarrollo para el aprovechamiento de los recursos naturales mediante construcción de obras han modificado el medio ambiente natural en donde han sido implantados, lo cual tiene un precio ecológico que  debemos asumirlo. La medida del coste está en el concepto de resiliencia, que es la amplitud de las tolerancias ambientales en un ecosistema que le permita asimilar perturbaciones sin deteriorarse definitivamente.

Los métodos técnicos para realizar estos estudios de análisis de impacto ambiental (AIA)  -todos-
parten de un diagnóstico de la situación de los recursos naturales del área de influencia del proyecto, definiendo, evaluando y separando los efectos positivos y negativos.

La certeza de los AIA dependerá de los diagnósticos de la situación de los componentes ambientales del área de su aplicación y de la experiencia de los técnicos sectoriales que realizan la evaluación. Esto indica que el AIA dependerá del equipo de expertos que realiza el análisis multisectorial, de tal forma que el documento se convierta en una herramienta útil que nos guíe a no salirnos de los límites de la resiliencia y no en una exigencia formal para cumplir un requisito para ejecutar las obras que después de contratadas se olvida.

Un AIA no queda completo si no cuenta como resultado con un plan de manejo ambiental, que debe estar previsto en el presupuesto de construcción de la obra y cumplida toda la vida útil del proyecto.

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