Publicidad

Ecuador, 07 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Oswaldo Ávila Figueroa, ex docente universitario

Los aduladores de la prensa privada

02 de julio de 2016

Los grupos políticos de la oposición, públicamente, disputan a dentelladas la supremacía, en el período de campaña, por alcanzar ubicación estelar y, con ello, mejores logros en el reparto de la troncha, tras el supuesto triunfo electoral; pero eso sí, inseparables, como siameses, asumen la denigrante actitud, de visibles aduladores de la prensa privada, como la única opción, en su mediocridad, de ser tomados en cuenta y colmados de falsos elogios, en este complicado y azorante panorama electoral.

Hoy, todos de la oposición, gritan al unísono como coro de dóciles engreídos que el periodismo es una actividad sagrada y que cada día se atenta contra la libertad de expresión privada, hasta se persigue a periodistas por el delito de pensar diferente  a la corriente oficialista y finalmente, como remate al adulo, todos aquellos que toman a la gestión política como labor rentable, prometen -de llegar al poder- tumbar o derogar la Ley de Comunicación. El adulo, adular o adulón en su significación: “Hacer o decir intencionalmente lo que se cree puede agradar a otro”. Es actitud servil, propia del rastrero y ruin. Decía Charles C. Colton: “La imitación es la forma más sincera de la adulación”. Agrega el cardenal Richelieu: “Los aduladores son como los ladrones: su primer cuidado consiste en apagar la luz”.

Los politicastros que fungen de dirigentes y a su vez candidatos de la oposición, aprovechan reuniones, fiestas, sucesos históricos y entrevistas acomodadas, para insistir en el llamado a la unidad, dizque en defensa del derecho a expresarse sin restricciones, paradójicamente, cuando ellos no dan tregua, con extrema libertad, a las ofensas contra el líder de la Revolución Ciudadana, Rafael Correa, sin que alguna autoridad los persiga o encarcele por difamadores. El Gobierno del Buen Vivir jamás ha negado el derecho a la crítica, a la protesta y a inscribirse en cualquier tienda política.

La prensa escrita, radio y televisión ‘independiente’, sin pérdida de tiempo, como respuesta al servilismo, concede a los políticos aduladores espacios gratuitos para mantenerlos activos, entusiasmados y con mayor brío en la intención por frenar el avance en la construcción del nuevo país. La promesa de sepultar para siempre la Ley de Comunicación se ha convertido en la principal oferta de la campaña de los contrarios que se esmeran por seguir recibiendo aliento de los medios comerciales para salir del anonimato, sobrevivir y seguir usufructuando de su política como negocio.

Entiendan los aduladores que ya entró en la historia la Ley de Comunicación y sus organismos en la era del cambio y, como secuela, la vigencia de los derechos a la información y comunicación es una realidad, pero para alcanzar la plenitud es indispensable que cada ciudadano se convierta en su permanente defensor. Ignoran que esos medios privados, como actores políticos van perdiendo influencia y privilegios por las vigentes normas que garantizan verticalidad en el ejercicio de sus actividades.

La prensa privada, en su derecho, puede seguir regalando espacios a sus serviles, pero es censurable tratar de convertir a un mediocre en líder y candidato presidencial. Corresponde a los propietarios de los llamados medios ‘independientes’ y a sus periodistas, encuadrarse en la ley como expresión de garantía de su responsabilidad en el medio social. (O)

Contenido externo patrocinado