Según el diccionario de la lengua española, lobby significa: “grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses”.
Hace algunos días, la Alta Representante de la Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Catherine Ashton, se refirió a la demanda planteada por el ciudadano presidente Rafael Correa Delgado, en contra del diario El Universo, afirmando que sigue de cerca el juicio en Ecuador contra el rotativo, y que se siente muy preocupada por el respeto de la libertad de expresión y de la libertad de prensa en el Ecuador.
La respuesta no me sorprendió, se la puede entender que fue dada por la “incompetencia” de sus asesores (la pregunta fue enviada con anterioridad a su despacho), o posiblemente por la condición de “Baronesa” de su majestad, título nobiliario que le obliga a defender los intereses económicos de ciertos grupos de poder, pretendiendo así regresar a los tiempos monárquicos en los cuales la soberanía estaba por debajo de las disposiciones de la realeza, o finalmente la respuesta es producto de la simple ignorancia de la funcionaria.
Lo que sí me sorprendió es el interés de los eurodiputados, por este problema judicial individual e interno, cuando en el Viejo Continente existen complicaciones económicas y sociales que están afectando a España, Italia, Grecia, Portugal, y por ende a todos los países de la Unión, situaciones de crisis que deben ser analizadas y, sobre todo, resueltas por este cuerpo colegiado con mayor énfasis, porque para eso fueron electos en sus países y no para analizar las decisiones judiciales de otros países del mundo, entre ellos el nuestro.
Esa interrogante la llevé hasta la ciudad de México, donde pude conversar con el eurodiputado del Partido Popular español, José Ignacio Salafranca, autor de la pregunta, y lo primero que hice es inquirirle sobre cuáles fueron las motivaciones que tuvo para realizar esta pregunta, a lo que supo responderme sencillamente: “porque me pidieron que la hiciera”, mi sorpresa fue mayor con esta respuesta, pero lógicamente no quiso dar nombres de quiénes van al Parlamento Europeo a pedir que les den preguntando.
Esto demuestra que los tentáculos de los grupos de personas muy “influyentes” son tan grandes que pueden cruzar las fronteras sin problema alguno y que, sobre todo, no tienen vergüenza para que les ayuden a realizar preguntas.
Este es un ejemplo de lo que ha sucedido en el escenario internacional, en lo que se refiere al caso del diario El Universo.
Esta es la verdadera presión internacional que se ha hecho sobre este tema, no es solidaridad, no es apoyo, es simpley llanamente LOBBY, palabra que en algunos países “democráticos” es considerada una profesión.
Este problema judicial nos lleva a las siguientes reflexiones: primero, el conocimiento de nuestro país en el concierto internacional es cada vez mayor, lo que motiva que muchos políticos extranjeros tengan interés en lo que pasa en Ecuador, olvidándose del trabajo que deben hacer en sus propios países; y segundo, la crisis que atraviesan los países llamados desarrollados es tan fuerte que no pueden solucionarla y por esta razón, a nombre de la “democracia”, buscan tratar de intervenir en otros lugares donde, nunca, nadie los ha llamado.