Lo que está a la vista no necesita anteojos, dice la sabiduría popular. La Comisión de Garantías Constitucionales, sin un debate y con una accidentada votación, concluyó este viernes con la investigación al presidente por el caso ‘Pandora Papers’, decía la prensa de ese día.
Recurriendo al realismo mágico diríamos que es la crónica de una resolución anunciada, es algo que se veía venir pues el insumo de la resolución es eminentemente político y no jurídico como debería ser, de tal suerte que no existe unanimidad en el pronunciamiento congresil.
A la par de esa resolución existe la emitida por la Corte Constitucional referente a lo que debe entenderse como estados de grave conmoción interna, dejando atrás el pronunciamiento de la “Corte Constitucional Cervecera” -que sirvió al gobernante de turno para hacer y deshacer- y señala que la conmoción interna implica la real concurrencia de acontecimientos de tal intensidad que atenten gravemente en contra del ejercicio de los derechos constitucionales, la estabilidad institucional, la seguridad y la convivencia normal de la ciudadanía; que los hechos que configuran una situación de grave conmoción interna deben generar una considerable alarma social.
El hecho “investigado” etiquetado como “Pandora Papers’ no encaja en el pronunciamiento del máximo organismo de interpretación constitucional, es decir la resolución de la “comisión de garantías constitucionales” carece de fundamento y por lo tanto debe ser desoída por la Asamblea Nacional por el bien general de la sociedad, y en homenaje al derecho a la seguridad jurídica, tanto más que no es vinculante, a diferencia del pronunciamiento de la Corte Constitucional.
Y es que la convocatoria de octubre para reeditar lo del 2019 no tuvo eco, y como dice la sabiduría popular “se quedaron con los churos hechos” pero ello no quería decir que el intento desestabilizador había cesado, pues políticamente hablando estaba en camino otra estrategia, y es la que se evidenció el pasado viernes.
La resolución de la Corte Constitucional más bien está allanando el camino a que el Presidente vaya por el sendero que desde hace rato se está pidiendo desde la ciudadana, pues con las excepciones que existen la Asamblea no ha parido buenos hijos.
Y para concluir, la inexperiencia política del gobernante, nos lleva a recurrir a la sabiduría popular “Así paga el diablo a sus devotos” ante el acuerdo que se lo hizo vísperas a la posesión. Y de otro lado recordarle que “la venganza es un plato que se come frío” que la están aplicando por la ruptura del pacto.