La incursión de las mujeres en deportes que han sido tradicionalmente de hombres es algo ya no tan excepcional en el mundo, pero sí lo es el hecho de que las ecuatorianas han tenido un desempeño extraordinario en las diversas competencias que se han desarrollado en el transcurso de estos últimos años.
Así vimos con gran emoción el trabajo de Neisi Dajomes que se alzó con la medalla de oro olímpico en las últimas justas mundiales, acumulando récords que la vuelven imbatible. También Tamara Salazar ganó una honrosa medalla de plata y Angie Palacios tuvo una brillante actuación.
En estos últimos tiempos hay otra nueva promesa del levantamiento de pesas, se trata de Bella Paredes, quien ya se alzó con el oro en el mundial juvenil y sigue acumulando preseas.
Esta presencia de las mujeres ecuatorianas en el deporte de la halterofilia no ha pasado desapercibida en los encuentros mundiales, causan admiración, han establecido récords, tienen una singularidad que las vuelve una atracción a donde quiera que vayan.
Por ello no es de extrañar, cuando al darse cuenta de que hacen su ingreso en los recintos deportivos, las exclamaciones y los rumores sobre de la fortaleza de las ecuatorianas, y son expresiones de admiración frente a su trabajo, disciplina, entusiasmo, lo que deja bien sentado el prestigio de estas jóvenes en este deporte.
Ojalá también en otros campos, tanto del deporte como de la ciencia, del arte, de la productividad, de la honestidad, pueda consolidarse la fama de los ecuatorianos. Estoy segura de que, si hacemos bien nuestro trabajo, cada uno en su campo, esto se conseguirá. Así, cuando pasen las ecuatorianos, hombres y mujeres, se pueda decir, ahí vienen los ecuatorianos, son inteligentes, son creativos, son fantásticos.