En los últimos días, revisando la prensa internacional, me encuentro con que varios medios han destacado el papel exitoso jugado por las presidentas de Estados europeos. Analicemos algunos de los casos para determinar cuáles fueron los factores notables en la lucha contra la pandemia.
Para empezar, Alemania y su presidenta Angela Merkel, mujer con formación en el campo de las ciencias duras. Su liderazgo personal permitió la conformación de un grupo de trabajo efectivo y eficiente. Administró la crisis con las autoridades de los principales gobiernos locales. Mantuvo un estrecho seguimiento y monitoreo de la crisis nacional. Incorporó a todos los centros de investigación de las universidades alemanas.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, advirtió con anticipación a la Organización Mundial de la Salud en diciembre del 2019, acerca del peligro del coronavirus. Se ha convertido en una influencer que sobrepasa el millón de followers. Utilizó a las redes para comunicar las medidas necesarias para evitar el contagio: lavarse las manos y mantener la distancia social.
Katrín Jakobsdóttir, primera ministra de Islandia, diseñó una campaña inédita para una crisis tan grave y compleja. Consiguió respaldo ciudadano para el confinamiento selectivo obligatorio de las poblaciones en riesgo. Aplicó pruebas de comprobación a toda la población para la detección. Ofreció a las personas que se acogían de manera voluntaria al confinamiento.
Junto a las líderes ya nombradas, encontramos también a las primeras ministras de Dinamarca, Mette Frederiksen; Erna Solberg de Noruega y Sanna Marin de Finlandia de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern de Nueva Zelanda. Todas ellas basaron el éxito en cuatro aspectos claves: Respaldo, confianza y credibilidad de la ciudadanía; respuesta inmediata a los primeros casos de contagio; confinamiento inmediato; campañas comunicacionales alternativas como el uso de las redes y convirtiendo a los niños en los principales comunicadores.
En estos casos, no hay duda de que el liderazgo femenino contribuyó de manera positiva para frenar el avance epidemiológico de esos países. (O)