Libertad de expresión y acceso a la información: garantías para unas elecciones transparentes
20 de noviembre de 2024El acto de votar trasciende la simple selección de líderes o políticas. Cada elección moldea el futuro de nuestras sociedades, influye en decisiones que afectan nuestras vidas, el medio ambiente y la economía. En una democracia, garantizar que los ciudadanos tengan acceso a información precisa y oportuna es esencial para tomar decisiones informadas. Este proceso involucra a tres actores fundamentales: los medios de comunicación, los partidos políticos y los reguladores electorales, quienes deben velar por la integridad del acceso a la información y la transparencia de los procesos electorales.
En primer lugar, están los medios de comunicación quienes tienen el papel de ofrecer información fiable, verificada y libre de manipulación. En contextos electorales, un periodismo libre e independiente es vital para la democracia. Estos actores no solo deben informar sobre las propuestas y acciones de los candidatos, sino que tienen la responsabilidad de revelar posibles irregularidades y verificar acciones y afirmaciones dudosas. La labor periodística sin embargo, enfrenta en la actualidad amenazas constantes, desde la violencia hasta la intimidación, que buscan silenciar voces críticas y limitar el acceso del público a una información de calidad.
En segundo lugar están los partidos políticos quienes deben actuar bajo reglas claras que promuevan la equidad y el respeto a las normas democráticas. Las campañas deben basarse en propuestas reales y transparentes, evitando caer en la desinformación o el uso de estrategias que busquen manipular al electorado. Por su parte, los reguladores electorales desempeñan un papel crucial al supervisar que los procesos sean justos y equilibrados. Esto incluye garantizar una cobertura mediática imparcial y regular la publicidad política, además de proteger los derechos de libertad de expresión y asociación de los ciudadanos.
En la actualidad, las redes sociales, si bien han transformado la dinámica electoral y han democratizado el acceso a la información dando voz a sectores tradicionalmente marginados, también presentan desafíos significativos, como la propagación de desinformación y la microsegmentación de votantes con mensajes contradictorios. Estas tácticas no solo confunden a los ciudadanos, sino que también socavan la confianza en las instituciones democráticas.
Frente a estas amenazas, organismos internacionales como la UNESCO trabajan en iniciativas para fortalecer la transparencia de las plataformas digitales y priorizar un contenido periodístico profesional. Estas medidas incluyen exigir mayor claridad en los anuncios políticos pagados, regular el uso de datos personales y promover la colaboración entre gobiernos, empresas tecnológicas y verificadores de datos.
La educación mediática es otro pilar esencial. Universidades, agencias, escuelas y empresas deben empoderar a los ciudadanos con habilidades críticas para identificar y resistir contenidos manipuladores. Al mismo tiempo, es necesario fomentar pactos éticos en la publicidad política para desalentar la desinformación durante las campañas electorales.
En el contexto de las elecciones presidenciales de 2025 en Ecuador, estos principios adquieren relevancia especial. Proteger la libertad de expresión y garantizar un acceso amplio a información confiable será fundamental para salvaguardar nuestra maltratada democracia. Solo así se podrá construir un proceso electoral transparente, donde los ciudadanos puedan elegir con confianza y las instituciones democráticas puedan fortalecerse.