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El Telégrafo
Fredy Lobato

El Estatuto Autonómico de Quito

29 de febrero de 2020

Hace pocos meses, Fernando Carrión, urbanista y asesor del alcalde de Quito, Jorge Yunda, tuvo dos reuniones con activistas y representantes de organizaciones y grupos vulnerables en cuanto a condiciones sexogenéricas y étnicas, para abordar la perspectiva de la diversidad y su inclusión en el nuevo Estatuto Autonómico de Quito.

La convocatoria fue importante, debido a que el factor LGBTI suele ser tomado con marginalidad en muchas decisiones públicas, por parte de los actores políticos. Y eso reflejaba, sin duda, la visión de la administración del alcalde Yunda al respecto.

Quito puede estar orgullosa de ser la primera ciudad de Ecuador en contar con una norma de inclusión y no discriminación a las personas LGBTI. Esta fue expedida durante la administración de Paco Moncayo y actualizada en la alcaldía de Augusto Barrera. Se trata de la Ordenanza 554.

Sin embargo, en la presentación del borrador de dicho estatuto, ocurrida el 18 de febrero pasado en la Sala Capitular del convento de San Agustín, esto ha sido casi invisibilizado.

Quito y el país necesitan urgentemente generar un cambio cultural para tener ciudades seguras para los grupos de atención prioritaria, como el caso de los LGBTI.

No solo debe ser un tema de estética urbana, sino de cambio de mentalidad, con el fin de evitar que los espacios públicos se tornen discriminatorios en contra de este sector de la población.

El borrador del estatuto no reconoce a la población LGBTI y, siendo una especie de constitución de la ciudad, sería lamentable, estimado alcalde Yunda.

Se necesita una visibilidad y una participación más activa de estos grupos diversos para hacer de Quito grande, esta vez. (O)

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