Primera consideración: a) SARS-CoV-2 (un tipo de coronavirus) y coVID-19 (enfermedad) propagándose desde China hacia el mundo, azotando al ser humano; b) la OMS/OPS aseveró que la enfermedad infecciosa es una pandemia; y, c) (en nuestro caso), el presidente Lenín Moreno dispuso la declaratoria de Emergencia Sanitaria para precisamente impedir que este virus nos ahorque, pero, como encontró poca cooperación de la ciudadanía respecto a ello (evitar circular, aglomerarse y tener contacto social…), decidió ir por la declaratoria de Estado de Excepción. Quizá necesitamos mayor rigor, digo. El quid está en cooperar todos en cumplir la política social de ‘Quedarse en Casa’, si no, y sería triste, nosotros mismos ayudaríamos a la destrucción social. Esto es serio.
Segunda consideración, recientemente en Guayaquil se observó que gran parte de nuestros adultos mayores se aglomeraron en varias Entidades Financieras para retirar su pensión jubilar. Una reportera de TV informó que ese Banco dijo, sobre el hecho: “… ellos no desean tarjeta de débito”. Aquí claramente se evidencia que los jubilados han sido olvidados por la Banca (salvo excepciones), en cuanto a Educación Financiera. Si a ellos se les hubiera formado y hacerles sentir parte del sistema a través de la inclusión, se hubiera evitado lo ocurrido.
Tercera consideración, el primer mandatario del país señaló que hablaría con la Banca para brindar ayuda para con la situación que vivimos. Luego, la Asociación de Bancos Privados anuncia que han resuelto refinanciar créditos y diferirán cuotas. Sin embargo, y hasta ahora, en redes sociales surgen quejas debido a que quienes tienen deudas por consumo (tarjetas/crédito) quedaban fuera del diferimiento, o algunos Bancos la conceden y otros no. Pregunta: ¿O se burlaron del presidente Moreno, y consecuentemente del pueblo ecuatoriano, o, comprendimos todos nosotros erróneamente? (O)