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El Telégrafo
Edmundo Vera Manzo

Lenín Moreno: fortaleza de espíritu y alegría de vivir para servir

27 de febrero de 2016

Paseando con mi perro, una señora se acercó y me dijo: ¿Puede un discapacitado ser Presidente de la República? Sentí que era una pregunta -no sé si de buena o mala fe- y que se refería a que si Lenín Moreno podría llegar a ser Presidente de la República de Ecuador. Le contesté que sí. Además, que el desempeño de su gestión no solo que podría llegar a ser bueno, sino que, por los antecedentes de su persona y otras experiencias en el mundo, incluso los resultados podrían ser muy buenos y hasta excelentes.

Los argumentos que le expresé a la vecina para defender mi afirmación son los siguientes. En la primera época de la humanidad la parte más importante del ser humano eran las piernas, para cazar y huir de los enemigos. En la agrícola, las piernas y las manos; en la industrial, las manos; en la actual de la electrónica, la mente; y en el futuro, el espíritu. Para dirigir una empresa y gobernar un país no son imprescindibles las piernas, los brazos y los ojos, sino la intuición para ver el yo interior de los demás, la comprensión de la realidad y el poder del espíritu para servir. Franklin Delano Roosevelt (1882-1945) padeció poliomielitis, 1921, que le imposibilitó caminar. Lo que no le impidió ser el único presidente de Estados Unidos que fue elegido por cuatro períodos (1932-1945) y ser reconocido entre los cuatro más famosos de la historia de su país. Joaquín Balaguer (1906-2002), siete veces presidente de República Dominicana, por elecciones. Ciego y casi de 80 años ganó las tres últimas elecciones (1986-1996). En el año 2000, de 94 años, se postuló y quedó en segundo lugar con el 20% de los votos. Es el segundo gobernante más recordado en la historia del país.

Mahatma Gandhi (1869-1948). India. De contextura frágil, delgado y de 1,50 metros de estatura. Lideró por varias décadas a  su pueblo, entonces de 300 millones de habitantes, y lo llevó a la independencia del Imperio británico, el más grande de entonces, utilizando métodos no violentos. Venció la fortaleza de su espíritu.

Una de las mayores cualidades de Lenín Moreno es la sabiduría, sabe que los frutos hay que saborearlos y deleitarse en su debido momento. No puede ser antes, cuando no están comestibles, ni tampoco después, cuando están podridos. Los frutos más sanos son los madurados en la propia planta. No se debe forzar los acontecimientos. Se darán a su debido tiempo o no se dan. No es muy sabio luchar contra la corriente, se consume demasiada energía. Es más sabio aprovechar la fuerza del contrario y ponerla a  favor de sí mismo. De acuerdo con Wayne Dyer, las personas apegadas a necesidades materiales, primarias, centrados en las apariencias, en el cuerpo y la belleza exterior, viven agobiados, preocupados y con muchos problemas, por querer tener muchos objetos impuestos por la sociedad de consumo. No pueden elevarse y conectarse con su espíritu. La fortaleza de Lenín Moreno se encuentra en el espíritu de servir con amor y alegría a los más necesitados. Sabe -como el Principito- que el poder está en lo que no se ve, en la energía cuántica, en la energía superior llamada espíritu, que se experimenta en la meditación, cuando nos desconectamos de nuestra naturaleza material y nos conectamos con nuestro espíritu. Se pasa del ego al yo superior y se visualizan las soluciones para el bien de todos y se resuelve la mayoría de los problemas porque son falsos, una ilusión construida para comprar innecesariamente.

Ecuador y la humanidad necesitan personas como Lenín Moreno y como la Madre Teresa de Calcuta (1910-1997), una mujer frágil en lo corporal, con casi 90 años y tres cuartos de siglo de servir a los más abandonados. (O)

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