Culminó sus funciones al frente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, lo hizo con la integridad de un ser humano que defiende principios y que sabe que el máximo legado que le puede dejar a su propia familia, a sus amigos y allegados, a sus conciudadanos, a su país, es el de haber sido el adalid de las causas justas, el luchador implacable contra la corrupción.
Julio César Trujillo dio demostraciones permanentes de su reciedumbre moral. Alejado de la política partidista, en sus últimos años, trazó un sendero del que no se apartó, integrando comisiones, trajinando por las calles en protestas y reclamos por la vigencia de derechos, dejando de lado la comodidad del hogar y del descanso bien merecido, para trabajar por causas que él consideraba justas.
Por ello, por esas luchas, por su espíritu combativo hasta los últimos momentos, le rendimos homenaje, exaltamos su memoria, porque sabemos que su compromiso con la lucha contra la corrupción fue definitivo. No se dejó amilanar por las amenazas, supo mantener la frente en alto ante la adversidad, las calumnias y los improperios, de aquellos que estaban animados por el temor ante sus ejecutorias y la sagacidad de sus decisiones.
La partida de Julio César Trujillo constituye una pérdida para el país, pero al mismo tiempo deja el trazo de un legado que no puede perderse, que perdurará en el tiempo y se hará presente en cada ecuatoriano que decida trabajar por la concreción de la justicia, el juicio y el castigo a quienes se adueñan de los fondos públicos, de quienes defraudan la confianza ciudadana.
En medio de estos tiempos de sobresaltos, de escándalos, de corrupción, es ciertamente aleccionador el saber que personajes como el Dr. Trujillo tuvieron la frontalidad para enfrentar a los poderosos, a quienes detentan el poder; sus únicas armas fueron la capacidad de hacer que la ley sea respetada, la sagacidad en el juicio y la valentía en las decisiones y en las acciones.
La conciencia tranquila, el saber que se actúa de acuerdo con lo que es justo y constituye lo mejor para un pueblo, son el bagaje con el que el Dr. Julio César Trujillo, enfrenta el juicio de la historia. (O)