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El Telégrafo
Ramiro Díez

HISTORIAS DE LA VIDA Y DEL AJEDREZ

Lectura para machos

23 de junio de 2016

La historia de los gays es larga. En pinturas rupestres de Val Camónica, en los Alpes italianos, aparecen dos hombres en un amoroso ajuste de cuentas. Estos dibujos tienen ocho mil años y se supone que ese día no fue cuando se inventó el homosexualismo, sino que ya venía de atrás. Dicen los biólogos que la homosexualidad existe desde la remota noche de los tiempos cuando se inventó el sexo en los más primitivos animales, y aún no había predicadores para intimidarlos con las llamas.

Parece que los animales, tampoco en nuestros días, se asustan con la amenaza. La lista de los que mantienen relaciones homosexuales es interminable: delfines y elefantes, hienas, jirafas, y hasta los leones, sin importar cuán rugientes y melenudos sean. Adornan la lista toda clase de insectos y  reptiles, ovejas y patos, pacíficas palomas y desprestigiados buitres.

Por oscuras razones, el tema irrita a muchos violentos que quieren erradicarlo. En la Biblia, en Levítico 20:13, dice: “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, ambos han de ser muertos.” Y la tempestad de odio nunca se detuvo. Lo de Orlando de días atrás, con toda su carga de horror, fue casi nada comparado con otros momentos. Recuerden a Sodoma y Gomorra, borradas del mapa por la ira divina, con todos sus habitantes, cuando llovió fuego del cielo, por haber tenido “vicios contra la naturaleza.” Aunque parecería que no es tan antinatural, porque la homosexualidad aparece en casi todas las especies de animales, salvo el erizo de mar. Quizás sea por el peligro de las púas.

Después de los libros religiosos, otros pensadores también se ocuparon del asunto. Inclusive ¡quién lo diría! Engels, quien condenaba el tema. Esa posición ideológica la heredó el régimen stalinista, se mantiene durante la era Putin, y de allí llegó a la Cuba de los hermanos Castro donde la homosexualidad ha sido delito, como en muchos países asiáticos y africanos.

Bastaría pensar que no existen “ex - homosexuales” ni “ex – lesbianas”. Así como es imposible que nos conviertan en homosexuales a quienes no lo somos, tampoco el homosexual dejará de serlo. Para eso no sirven ni las leyes ni las oraciones, que en el fondo son la misma cosa.

Prometo abordar este tema en una próxima columna. Por lo pronto, en Latinoamérica, solo 4 países reconocen el matrimonio igualitario: Uruguay, Argentina, Brasil y Colombia. En el resto, por decreto, somos muy machos y no será para nosotros la pena de muerte anunciada en el Levítico 20:13.

En ajedrez las cosas son distintas: Aquí no hay espacio para matones irracionales.

                                                                     1: Txb8; Dxb8
                                                                     2: Dxc6 y mate a la siguiente.

Izq: Erizo de mar: única especie animal sin prácticas homosexuales. Centro: leones gays. Der: pastel de boda para pareja masculina.
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