Desde hoy me despido de mis lectores. Acepté el reto de competir en las próximas elecciones legislativas y eso me ubica en una posición política. Mientras sostuve mi columna de opinión en distintos medios de comunicación escrita, durante los últimos 16 años de forma ininterrumpida, intenté desempeñarme bajo un signo diametralmente objetivo. Aunque siempre estuve parcializado por los derechos, por las libertades, por la democracia, por la lógica y por los vulnerables, fui todo lo objetivo que pude. Seguiré buscando la objetividad, y aunque mi parcialización siga siendo por lo mismo, ahora lo será también desde una posición ideológica.
Por respeto a los medios de comunicación que me han dado gratuitamente un espacio de opinión y por los lectores que han buscado, leído, compartido, coincidido y discrepado de mis columnas durante todo este prolongado tiempo, debo enviar esta carta de gratitud para reconocer a quienes me han dado un lugar en el competitivo mundo del análisis político.
Gracias a ustedes he sido el portavoz de un criterio colectivo dirigido en contra de las arbitrariedades de los poderosos y en favor de las personas desprovistas de poder, en contra del pasado político y en favor de un futuro para todos.
La voz que hemos conseguido juntos y que ha resonado por todas partes gracias a su apoyo, he decidido amplificarla en los lugares donde se deciden los destinos comunes. Todo esto sería imposible de conseguir sin su comprensión, apoyo y presencia. Que el estruendo de nuestra voz colectiva llegue también al encuentro democrático de los comunes y de los disimiles.
Seguiré escribiendo desde las posibilidades que ofrece el internet. También actuaré en la política con la intención de dignificar la labor pública. Espero que me permitan seguir acompañándolos, ahora desde la honestidad ideológica que les anticipo y que ofrezco como un objetivo ciudadano y como una actitud pública.
Hoy me despido de mis lectores y doy la bienvenida a mis electores.