El domingo pasado Chile dijo NO al texto propuesto por la convención constituyente para reemplazar la Carta Magna que estaba vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet hace 40 años. Los chilenos rechazaron rotundamente el proyecto, al mismo tiempo que asestaronun duro golpe al joven presidente del país, Gabriel Boric.
Los electores se pronunciaron sin ambigüedades, el triunfo fue aplastante por la contundencia de un 62% de votos por el Rechazo y por provenir de unas elecciones obligatoriascon la participación más importante de la historia chilena.De un padrón electoral de 15 millones, más de13 millones acudieron a las urnas.
El presidente Boric, cuyo gobierno estuvo ligado en gran medida al nuevo texto dijo en sus primeras declaraciones que el gobierno trabajaría para redactar otra constitución.
¿Por qué fue tan rotundamente rechazado el proyecto de Constitución de Chile? Muchos analistas de fuera del país califican al electorado chileno como “bipolar”, sobre todo por tratarse de un referéndum llamado a realizarse después de un grave estallido social ocurrido casi simultáneamente con el ecuatoriano en octubre de 2019. En ese entonces, una serie de manifestaciones masivas y disturbios originados en Santiago se propagaron a todas las regiones de Chile.
Las protestas de los manifestantes se dirigían en contra la desigualdad e injusticia que llegó a provocar el "milagro económico" del gobierno militar aplaudido por el economista estadounidense Milton Friedman. La gran expansión de la economía neoliberal tenía un lado oculto: un Chile abierto al capitalismo extremo que ha causadodesigualdad social, discriminación, falta de acceso a los servicios públicos, pobreza. La población se levantó y demandó lo que percibía como abusos en contra de la mayoría.
El sociólogo César Jiménez-Yañez de Universidad Autónoma de Baja California, en su monografía #Chiledespertó: causas del estallido social en Chile, 2020” describe la situación. Chile es el país más caro de América Latina en cuanto a servicios públicos, transporte público, gasolina y medicamentos; la educación superior está entre las más caras del planeta y es el único país en América Latina donde todas las universidades (públicas y privadas) son pagadas. Por otro lado, los sistemas de salud pública y de pensiones no garantizan ni salud ni jubilación dignas. El sociólogo atribuye a esas las circunstancias el que la mayoría de los chilenos sientan sus derechos vulnerados por la clases política y empresarial, que en conjunto, se han aprovechado, aliándose con el Estado.
Ocho meses después de las protestas, en mayo del 2021 el gobernante Piñera se vió obligado a llamar un plebiscito en el que se eligieron 155 miembros de una convención dividida en partes iguales entre delegados masculinos y femeninos, con el objeto de redactar una nueva Constitución que caracterizara a Chile como un estado plurinacional, con territorios y justicia indígenas autónomos, priorizado el medio ambiente y la paridad de género.
Desde julio del 2021 la Convención trabajó en las principales reivindicaciones. Ya listo el texto, los partidarios del Apruebo hicieron una gran campaña para publicitarlo de tal manera que todos los ciudadanos lo conocieran. Y lo consiguieron. Los titulares de los periódicos de Santiago en julio pasado decían que se “vendía como pan caliente”. La Constitución convertida en best seller, un fenómeno único en el que el esbozo de la Carta Magna estaba en los rankings de libros más vendidos. Se la encontraba en todas partes, en su forma original o pirateada.
Así y todo, una vez realizada la elección y conocidos los resultados fue claro que algunas de las propuestas del proyecto de constitución resultaron demasiado radicales para la mayoría de los votantes. La población estaba profundamente dividida en temas como el derecho al aborto, el acceso al agua y a la atención médica como derechos humanos o el reconocimiento de la autonomía indígena. Sentían que algunos de esos aspectos eran demasiado “milenial”, que no concordaban con los valores de amplios sectores de la sociedad, que aumentaban los niveles de incertidumbre y socavaban la unidad nacional.
El analista político Marco Moreno de la Universidad Central de Chile dice que los resultados pueden achacarse también al proceso de redacción del texto que estuvo empañado por una encarnizada polarización, agresiones verbales, espectáculos vergonzosos y una mala imagen generalizada del cuerpo legislativo. Uno de los escándalos más sonados fue el de Rodrigo Rojas Vade “el Pelao” quien llegó a ser uno de los vicepresidentes de la constituyente. Rojas Vade inventó estar enfermo de cáncer para construir su figura política, cuando en realidad padecía de sífilis, y se vio obligado a renunciar después de que una investigación periodística revelara su mentira.
El rechazo al Presidente -quien tiene ahora un 38% de aceptación-, la crisis económica y el voto oculto parecen ser otras de las razones del rechazo al borrador.
Al finalizar la contienda, el presidente Gabriel Boric afirmó al país que el mandato para redactar un nuevo texto sigue vigente y que era deber del gobierno trabajar con el Congreso y con diferentes sectores de la sociedad para redactarlo. “Tenemos que escuchar la voz de la gente. No solo hoy, sino los últimos años intensos que hemos vivido. Esa ira está latente y no podemos ignorarla”. Añadió que era necesario que los líderes trabajaran con más determinación, más diálogo y más respeto para llegar a una nueva propuesta uniera a Chile como país.
Quedamos a la espera del nuevo texto de Constitución para Chile.