La centuria número XXI ha estampado, en su existir de un poco más de una década, una serie de acontecimientos terribles y de medular importancia histórica.
Sucesos que pusieron y ponen en vilo la paz mundial, y con ello que las posibilidades de bienestar de los seres humanos aparezcan lejanos y hasta imposibles, marcan este lapso de tiempo como uno de los más convulsos y ultrajantes de la condición humana en el último lustro, los hechos terroristas y las invasiones y ocupaciones de repúblicas soberanas, especialmente en el Oriente Medio, África, sustentan este escenario depresivo e infamante.
En este contexto atrozmente amenazante para la seguridad mundial, con guerras y ocupaciones injustas en algunos países emergentes y crisis económicas y sociales profundas en las naciones desarrolladas, las relaciones extranjeras del Ecuador, llevadas a cabo por nuestra cancillería, con los otros conglomerado del planeta, han sido y pueden ser consideradas muy positivas.
Los extraordinarios avances de la agenda de la política exterior ecuatoriana, que tomando en cuenta en forma realista los cambios significativos en la geopolítica universal, y sin olvidar los principios inmutables de dignidad y soberanía que el gobierno de la Revolución Ciudadana sustenta, han dado pasos fundamentales en el entorno internacional, así por ejemplo: La diversificación de las relaciones diplomáticas con todos los pueblos de la Tierra.
La arquitectura de la integración latinoamericana, motivando y participando en la creación de organismos regionales tan importantes como ALBA, Unasur y Celac.
Coadyuvando sustancialmente a la recuperación del posicionamiento de América Latina en la incidencia de construcción de un nuevo orden regional y mundial.
Los esfuerzos sostenidos del Ministerio de Relaciones Exteriores implementando las políticas del gobierno del presidente Rafael Correa en los foros regionales para la lucha contra el narcotráfico, el comercio ilegal de armas, el tráfico de personas, la delincuencia organizada y junto a ello el sostenimiento de la ayuda solidaria a los hermanos del continente frente a las catástrofes naturales.
De la misma manera, los importantes y denodados trabajos en beneficio de nuestros migrantes en aras de la reunificación familiar y el regreso a casa para los miles de nuestros compatriotas que obligadamente, en su mayoría, residen en USA, España, Italia y otros lugares.
El comercio exterior también es un capítulo importante en las tareas de diplomáticos ecuatorianos, por ello se han creado agregadurías comerciales en aquellos lugares donde nuestra producción agroindustrial o petrolera lo requiere y buscar, en contraposición, los insumos de todo tipo, tecnologías y conocimientos necesarios para nuestro desarrollo.
Por tanto, resulta menos que risible la actitud de algunos ex funcionarios de carrera y de otros sin ella, que en forma burda critican la labor realizada, específicamente de su titular, economista Ricardo Patiño, por su ejemplar actitud de defender los altos postulados nacionales, a despecho de ellos, que no tuvieron estrategia ni diseño e instrumentación para la política exterior del Ecuador cuando tuvieron sus cargos.