Que siempre haya una piedra en tu camino que te diga que los caminos no son fáciles y que no siempre te conducen a donde quieres llegar. Que siempre choques con una piedra en tu caminar y que puedas juntar otras piedras y construir el puente que te va a acercar adonde quieres ir y también que te ayude a salir de tus dificultades. Piedra es camino y con las piedras podemos ir de una mirada a otra.
Las piedras pueden ser obstáculos, constituir un tormento, dificultades, pero también con ellas y en medio de las piedras puedes construir la casa de tus sueños y vivir apreciando su frescura y el significado del esfuerzo. La piedra no habla, pero te enseña más de tu propio temple y fortaleza con lo cual aprenderás que cada piedra es una posibilidad que trae consigo su realización. Las piedras representan nuestro carácter y la fuerza para hacer. Es mi hacer lo que importa. En lo que hago soy quién soy y sé de qué calidad soy.
He visto las exigencias que hace Jacobo B. para su estancia en la cárcel. Ha pedido de todo: cafetera, mesa de billar, tablet, audífonos, colchón ortopédico, etc. Ser tratado como toda una celebridad. Él se ve a si mismo como una persona importante. Bueno siempre fue "Jacobito". Desde pequeño su padre le decía: "mi hijo Jacobito". Jacobito para arriba, Jacobito para abajo. Ahora es Jacobo; no sabemos a cuánto le llegará su pena ante los delitos que lo acusan o si saldrá declarado inocente. Algún día el escándalo pasará y él puede ser beneficiado de ese olvido. Por ahora él sigue siendo "importante", quizás recordando su pasado glorioso o porque aún no se da cuenta del lío importante en que está metido.
Las piedras siempre están aquí. Nunca se van. Somos nosotros los pasajeros. En alguna estación nos quedamos para siempre. Así mismo es la importancia humana. Transitoria, pasajera, tiene sus quince minutos de fama. Pero yo veo las piedras como lo verdaderamente importante de la tierra. Si no hay piedras no hay tierra ni posibilidad de existencia. Veo a las piedras siempre reírse de nuestra importancia, no se diga de nuestra cacareada vanidad.
La política y su larga cola de importantes. Candidatos importantes, autoridades importantes, no entran en las sillas, las mesas no cubren su mediático poder. ¿Necesita el país tanta gente importante?
Vanidad e importancia de los poderosos a quienes las piedras cubren sus lápidas cuando morir les toque. ¿Necesita el país tanta gente importante? ¡Cuando a estos importantes se les acaba el poder, las piedras del desprecio y el olvido les caen encima y andan todos escondidos y amargados por la sin importancia con la que la gente los mira.
Miro con desdén la tumba recién abierta del poderoso que se creía inmortal pero que ahora yace sobre una piedra fría que se ríe a carcajadas. (O)