Cuando reflexionamos sobre los logros, virtudes y defectos que forman la personalidad de nuestro presidente, el Ec. Rafael Correa D., solo podemos resumir sus acciones en dos formas: “efectividad de gestión y liderazgo”, acompañada de una firme y fuerte personalidad, que a veces se vuelve obsesiva; y un trabajador incansable, en querer corregir y ejecutar todo lo no realizado en tantos años de democracia, y regular a los poderes fácticos, como los medios de “prensa y opinión” que han sido los responsables al mostrarnos realidades sesgadas, que han favorecidos a las minorías dominantes.
¿Cómo se podrá negar que, en plena crisis mundial, en nuestro país se han alcanzado logros históricos? El desafío es mantenerlos o mejorarlos, como el financiamiento para construir 8 nuevas hidroeléctricas contratadas en 2011, que cambiarán la matriz energética del país, sembrando futuro; continuar la obra pública, exportación petrolera y productos no tradicionales, seguir con la reducción de la miseria y pobreza, reducción del desempleo, debido al incremento de microempresarios-emprendedores; eficiente recaudación de impuestos a través de la CAE y el SRI, sostener la fortaleza de la banca privada y pública como agente de desarrollo con su rol único, seguir impulsando la industria de la construcción de viviendas y centros comerciales; revalorizar el capital intelectual de los docentes del país.
Para 2012 enfrentaremos los inicios de la campaña electoral para 2013, que buscará consolidar nuevamente la oposición con nuevas figuras, que sustentarán sus posturas en la reducción del “gasto público”, firma del TLC con EE.UU., y la personalidad del Presidente vs. la candidatura de la Revolución Ciudadana, que planea sostener lo alcanzado, desarrollar la industria minera, consolidar el proyecto Yasuní ITT, beneficios del código de la producción, control de las prácticas anticompetitivas, los efectos de los impuestos ambientales y salida de capitales, el impulso que tendrá la empresa privada con la Ley de Mercado de Valores, la lucha contra la usura, al socializarse el crédito microempresarial.
Todos tenemos el compromiso de planificar nuestras vidas, cumplir metas, de salud, educación, empleo, emprendimiento, familiares, deportivas y sociales, para contribuir al “PN del buen vivir”, siendo buenas personas, cumpliendo la cita bíblica, que dice: “Por sus frutos los conoceréis”.