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El Telégrafo
Duglas Rangel Donoso

La verdad ha llegado

26 de junio de 2018

Las estrellas se mueven, la luna cubre al sol, la lluvia cae, lo inunda y lo destroza todo. El tiempo corre entre la tempestad y el sol; cantará el reloj de la verdad que ha llegado. Ahora han llegado las tres parcas, Cloto, Láquesis y Átropos y han traído lana negra, para hilar, tejer y cortar el destino y hacer su trabajo en los caminos que suben y bajan. Ha llegado la verdad… y nos ha elegido a todos. Belcebú nos toca la puerta: toca y toca, llama y llama… Es la verdad. La verdad ha llegado.

Durante diez años la verdad se perdió, se  extravió, se fue hundiendo poco a poco. Fuimos perdiendo su sabor, su olor, su color, su intensidad y fuerza. A cada hora nos cantaban que somos felices, que todo está bien, que no hay nada que reclamar ni exigir. La verdad venía de un solo lado. La verdad no era imparcial. Cuando aparecía en radios, en televisión venía con música de fondo, cantada por voces melodiosas, rítmicas. La verdad la presentaban con rostros joviales, que levantan el alma y dan respuestas al por qué estoy aquí, quién soy. Es decir la verdad era existencial, más de allá del bien y el mal.

La verdad se perdió. La perdimos. La exiliamos. La verdad nos exilió. Pero ahora la verdad nos ha llegado. Nos encontró. Nos estalló al frente de todos y de todas. La verdad apareció fríamente calculada. Justo se acababa la dictadura y reventó el reventador de Odebrecht. Cayó el Vicepresidente, huyó el contralor, se pelearon los compadres, las comadres, se evidenció el mal reparto, nació el ático y su acanallada voz y todos corrieron en desbandada ante lo incierto; llegó la verdad para quedarse y revelar todo lo apestoso y fétido que ocultaban las alegorías y los villancicos de los entuertos.

Las estrellas se movieron y dejaron pasar la luz y desde Júpiter, el gigante invencible, descendió el héroe de la verdad, don Julio César Trujillo y su Comisión en tránsito hacia mejores días, y con bravura y honor destapó todo y a todos. Esta es la hora de la verdad. La verdad después del ocaso y los eclipses. Buena hora para Ecuador. En buena hora. (O)

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