No todos los que han salido a las calles en estos días son miembros de la Conaie. Las protestas tienen distintas motivaciones. Más allá del discurso político de los dirigentes indígenas, escucho a muchas de las personas que han participado en este paro, esbozar distintas razones para justificar la paralización. Inseguridad, alto costo de los alimentos y productos de primera necesidad se repiten constantemente, pero más que nada mencionan la falta de atención, insumos y medicinas en los hospitales públicos. Y no les falta razón. La situación en el sector salud es deplorable. A la falta de medicinas hay que agregar los equipos dañados y laboratorios que no funcionan.
La situación en los hospitales es recurrente, los pacientes acuden en busca de atención y no la reciben. Tienen que comprar todo lo necesario para sus tratamientos afuera. No hay bolsillo que aguante. Los pacientes trasplantados y los que padecen enfermedades crónicas, catastróficas y raras son los más afectados. Conseguir medicinas se ha convertido para los enfermos y sus familias en una tortura que no acaba.
El gobierno prometió fortalecer el Sistema Nacional de Salud y ello no ha sucedido. Cuando Lasso escogió a Borrero como candidato a la vicepresidencia dijo que lo había escogido por que era médico y por su amplia experiencia en el sector de la salud. La tarea fue encomendada al vicepresidente Borrero, mediante decreto ejecutivo, firmado el mismo día de la posesión. Borrero tenía que informar cada tres meses, por escrito, las acciones emprendidas para cumplir sus funciones.
Tras su posesión Borrero, realizó una serie de recorridos por los hospitales públicos del país. Mas poco a poco, sus apariciones públicas fueron disminuyendo. Ahora lo vemos en ceremonias protocolarias o en reuniones con organismos internacionales.
La ausencia del vicepresidente en la vida nacional se evidencia en las cifras que presenta la encuestadora Perfiles de Opinión. Mientras en julio 2021 un 67% de los ciudadanos encuestados calificaba su gestión como buena y muy buena, en junio 2022 su calificación bajó a 12.37%.
Su baja calificación demuestra su poca participación en la gestión gubernamental.
¿Por qué no aparece? ¿A quién le molesta su presencia? No hay respuestas para estas preguntas. Al igual que no ha habido respuestas para los pacientes cuando acuden a los hospitales en busca de medicinas o atención médica. Son estos los que hoy han reclamado en las calles.
Yo reclamo desde está columna que el vicepresidente deje de ser una figura decorativa en el gobierno, que trabaje para fortalecer el Sistema de Salud Público, como se planteó inicialmente.
La noche de este viernes el presidente ha declarado al sector de la Salud en emergencia. La ministra ha dicho que se enmendarán los errores en pro de la paz y el bienestar de los pacientes. Veremos si ahora aparece Alfredo Borrero y cumple las funciones a él encomendadas, el día que se posesionó del cargo.