Los Estados Generales, cuerpo legislativo formado por la nobleza, el clero y el pueblo se crearon en Francia en 1302, pero fue la convocatoria hecha por Luis XVI, para hacer frente a la crisis que agobiaba al país, la que les permitió erigirse en Asamblea Nacional, lo que es considerado el inicio de la Revolución Francesa.
Las guerras emprendidas por Luis XIV, el despilfarro durante el reinado de Luis XV y los préstamos a las colonias británicas durante la guerra por la Independencia de los EE.UU. motivaron que Francia sufriera una grave crisis económica. El pueblo exigió la convocatoria a los Estados Generales; Luis XVI los convocó, en 1788 hubo elecciones nacionales. La desaparición de la censura permitió la difusión de numerosos escritos que recogían las ideas libertarias y que circularon por toda Francia.
Los antagonismos inherentes a los intereses representados en los Estados Generales imposibilitaron llegar a un acuerdo sobre el nuevo método de votación por individuo, y no por estamento. La discusión se prolongó durante seis semanas, hasta que el grupo dirigido por el conde de Mirabeau se constituyó en Asamblea Nacional el 17 de junio.
Este desafío al gobierno monárquico fue seguido de la aprobación de medidas que otorgaban a la Asamblea Nacional el poder de legislar en materia fiscal; Luis XVI la privó de la sala de reuniones, pero ésta se reunió en el Juego de la Pelota el 20 de junio de 1789 y juró no disolverse hasta redactar una constitución para Francia.
Entonces numerosos representantes del bajo clero y algunos nobles liberales se integraron a la Asamblea Nacional.
Se inició así la Revolución Francesa, que puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero y abolió la monarquía, la servidumbre y los derechos feudales.
Esta transformación redistribuyó la propiedad de la tierra, implantó el pago equitativo de los impuestos y eliminó la prisión por deudas; decretó la igualdad ante la ley, el derecho de habeas corpus y la celebración de juicios en los que se respetaba la presunción de inocencia del acusado; logró la libertad de culto y de expresión y se instituyó la Declaración de Derechos del hombre y del ciudadano, lo que condujo a la libertad de conciencia y a la obtención de los derechos civiles. Todas estas conquistas hicieron factibles la separación de la Iglesia y el Estado.
Los ideales de la Revolución Francesa influyeron en la independencia de Latinoamérica y continúan siendo hasta hoy la base de la democracia.