Los tremendos trastornos climáticos que vive el planeta están determinando cambios de comportamiento en la distribución de fauna y flora, así como trastornos de comportamiento en enfermedades de animales y humanos. Recordemos que en julio de este año unos elefantes entraron a la ciudad de Mysore, al sur de la India, matando y provocando destrozos, y en el caso de Ecuador, la reciente muerte de personas en 3 comunidades amazónicas, a causa de la rabia selvática.
Hace 15 años, ya hubo un brote de rabia en la zona selvática del Ecuador, y otro ocurrió en 2005. La rabia tiene dos formas de presentación: la urbana y la selvática. El virus que la produce vive, en la mayoría de casos urbanos, en los perros, mientras que en la zona selvática tiene múltiples reservorios, entre ellos los murciélagos hematófagos (Desmodus rotundus). En el mundo se producen 55 mil muertes por rabia provocada por mordedura de perros. Solo en Latinoamérica existe la rabia selvática. El virus tiene diverso origen: africano, europeo, australiano y el común de distribución mundial.
Muchos estudios están demostrando el cambio de comportamiento de animales y bichos en general. El caso de los elefantes, la agresividad del parásito intracelular leishmania, el dengue, el mal de Chagas, el paludismo, entre otros, reflejan el desequilibrio ecológico en que estamos ya inmersos.
Sabemos que en los sitios que más destruida está la naturaleza, las enfermedades infecto-contagiosas son más agresivas. Parecería que la rabia es un ejemplo. La pérdida del hábitat natural de los murciélagos, y por tanto la afectación de sus sistemas de alimentación, determinan la búsqueda de nuevas formas de sustento, por lo que atacan a las especies introducidas en su nicho ecológico: humanos y animales domésticos.
Las deficiencias en los servicios de salud de la zona, sumadas a la cosmovisión diferente sobre la enfermedad, llevan a las poblaciones a buscar soluciones fundamentadas en el contacto próximo con la naturaleza y en las explicaciones sobrenaturales, por lo que la primera respuesta es de índole chamánico. Lastimosamente, la rabia es mortal en todos los casos, y de ahí la necesidad de dar soluciones con la medicina occidental, que tiene como única medida eficaz a la vacuna.
La rabia o cualquiera de las enfermedades selváticas que emerjan, está en íntima relación con los cambios ecológicos. Mientras, como especie, más destruimos a la naturaleza, esta se vale de sus más fuertes agresores para defenderse. Es la represalia de la Pachamama.