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El Telégrafo
Daniel Soto

La placa no era inocentada

30 de diciembre de 2022

Era difícil creerlo cuando vi en las noticias que el buen Santi Guarderas se empezaba a lanzar flores diciendo que el Metro de Quito se inauguraría el 22 de diciembre, sin operador, sin el tramo completo y sin certeza del precio, entre otras cosas que no están definidas. Ya pensé que era inocentada cuando me enteré de que se encargó una placa para enaltecerse a sí mismo. La placa decía que era un reconocimiento por el “liderazgo y la gestión técnica”. No era el día de los inocentes, no era chiste y de hecho la cosa iba bien en serio.

Es curioso escuchar cómo recorrió la noticia de la mentira de que el Metro ya estaría inaugurado para el 22 de diciembre. En otras ciudades dicen que quieren viajar a Quito solo para conocer el Metro, las personas planifican viajes y se emocionan. Se imaginan a la capital con un Metro funcionando. Bueno, les traigo la cruda realidad: no es así. El Metro de Quito tiene un pequeño gran problema antes de ponerse a funcionar: no está terminado. Faltan tramos que aún no están terminados de construir y de adecuarse.

En otras palabras, el Metro no está completo, lo único que pasó el 22 de diciembre es que abrieron algunas paradas, 3 para ser exacto, para que las personas entren a conocerlas. Algo que no debió haber pasado, pues los lugares tienen poca seguridad, sin señal de celular. Solo sirvieron para que los medios de comunicación hagan contenido, y que la gente pase a ver la placa descarada que se mandó a hacer él mismo.

La placa le reconoce su liderazgo. Un proyecto que duró 9 años y en el que Guarderas apareció únicamente en el último año, tiene una placa con el nombre del señor para agradecerle por su liderazgo -risas-. Los que conozcan sobre liderazgo sabrán que llegar al final y poner su nombre en el trabajo de los demás, sin haber hecho gran cosa, es de hecho todo lo contrario al liderazgo. Guarderas es ese que en la universidad seguramente pedía a sus amigos que hagan el trabajo en grupo, llegaba tarde a las reuniones, no sabía nada de lo que había que hacer y aún así conseguía que se pusiera su nombre en los créditos, aprovechándose para sí mismo la nota que merecían los demás.

Ahí mismo dice que le reconocen y le agradecen por su gestión técnica. Una gestión técnica del Metro significaría haber participado en la elaboración de planos, ejecución del proyecto. Aunque sea de albañil pudo haber participado, pero no. Nada técnico. No movió ni una piedra. Su gestión técnica para la operación del Metro podría entenderse como que algo hizo para definir técnicamente cómo debería operarse el Metro, como si supiera el señor manejar vagones o alguna cosa relacionada al aspecto técnico. Pero no, tampoco sabe nada de eso. Los técnicos hicieron su trabajo de construcción y de operación y el único señor que no hizo nada, se mandó a poner el nombre la placa.

El buen Santi se mandó a hacer una placa reconociéndose a él mismo el trabajo que no hizo.

Hasta ahora es tanta farsa lo del Metro de Quito, que se tuvo fecha de inauguración, pero no de funcionamiento. Le digo inauguración porque ese es el nombre que le dieron al hecho de abrir las paradas para entrar a conocerlas. Así de grande es la farsa de la inauguración del Metro. Permitir entrar a conocer una parada lo pudo haber hecho el Canguil. De hecho lo hizo, pero ni de lejos le llamó inauguración.

Una de las peores y más deplorables gestiones administrativas de Quito vienen del binomio Yunda - Guarderas. Tan pero tan mala gestión que para hacerse notar el señor Guarderas tiene que mentir de esa forma. No es inocentada, ni chiste, ni le da vergüenza. El Metro inaugurado que lleva una placa con su nombre, no existe todavía.

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