¿Qué pueden tener en común la realidad nacional con Halloween? Mas de una cosa, sobre todo cuando hablamos de Freddy Krueger en la película de terror titulada Pesadilla en la Calle Elm.
Para los que no estén muy familiarizados con el personaje, se trata de un psicópata que vivía en la Calle Elm en algún lugar de los Estados Unidos, que después de muerto encontró la forma de atormentar a los niños en sus sueños. Una verdadera proeza del cine de terror que se vivió a finales de los 80’s e inicios de los 90’s. Su nombre aún suena en estas fechas, pero poco se sabe de la historia que lo envuelve.
En resumen, el personaje ficticio de terror de Freddy Krueger es un psicópata que antes de morir hizo un pacto con no sé qué demonios para eternizarse en las pesadillas de los niños. A cambio, tenía que llevarles las almas de los niños que atormentaba. Poco a poco en la película se siente la desesperación de los personajes por permanecer despiertos, porque al cerrar los ojos un psicópata con la cara quemada y un guante con cuchillas tomará el control de sus sueños hasta matarlos. Pero, aunque lo intenten, no pueden evitar quedarse dormidos.
¿Terrorífico, no? Bueno, esa es solo una película. Más terrorífico es saber que la realidad es peor. Lo siguiente es una breve sátira de terror que espero primero nos haga sonreír y luego nos ponga a meditar.
Violencia, corrupción, caos y pobreza, esa es la realidad. Pero Ecuador también es un sueño, hay mucha gente linda, lugares encantadores, buen clima y buena vibra. Hay tantas cosas buenas que nos envuelven hasta anestesiarnos, alejándonos de la realidad. Ese es nuestro momento más vulnerable.
La noche del pasado jueves una moradora quiteña le decía a la cámara de un noticiero, que ante la ausencia policial, su barrio había decidido hacer justicia con mano propia. Estaban hartos de las vacunas, los robos y las muertes.
Por la mañana de ese mismo día, alias Rabito era velado en Guayaquil, con aguardiente, pistolas, metralletas y balazos al aire. Hombres y mujeres por igual número se congregaban frente al ataúd. Aunque solo los malos más malotes mostraban sus armas y disparaban, todos tomaban y cantaban canciones de terroristas para despedirlo. El sepelio se transmitía en vivo en una red social. No sabía que un sicario podía llegar a ser tan querido.
Si eso no es terror, con lo que viene seguro se convencen. Un grupo de militares montaron un operativo en la entrada de la zona donde velaban a Rabito para prevenir que los gatilleros de otras bandas se acerquen al funeral y aprovechen la congregación para cobrar más vidas. En el funeral había al menos una docena de personas en posesión de armas de fuego. La policía lo sabía y en vez de prohibirlo, les puso resguardo militar. Freddy Zapata o el Capi Krueger, como quieran llamarlo, se adelantó al Halloween y nos deleitó con tremendo thriller.
Hablando de policías, la pesadilla del caso Bernal supera cualquier película. Se dijo que muchos habían escuchado gritos, otros habían visto al asesino meter el cadáver al auto, pero fiscalía solo puso en prisión a la única cadete que estaba en el edificio de oficiales. Debe ser una pesadilla ser la última rueda del coche cuando se es policía.
Pesadilla la que viven millones de personas que votaron por un plan de gobierno, pero sus representantes de la Asamblea les han bloqueado toda posibilidad de obtenerlo. Para los que se sintieron ganadores con su candidato presidencial, la pesadilla es esa en la que caes y caes eternamente, sin poder despertar.
Todo el 2022 ha sido un Halloween constante. Salir a la calle es terrorífico porque si no te roba un ladón, te roba un agente de tránsito, que aunque no deberían ser lo mismo, últimamente se parecen.
Pesadilla el tráfico de Quito, que aguanta el desespero del sucesor de Yunda por gastarse el presupuesto, aunque el costo sea poner la ciudad patas arriba. Parece que entre Guarderas y Lasso compiten por ver quién hace las colas más largas en sus respectivas instituciones. Por ahora van empates en eso de no informar absolutamente nada de lo que hacen en sus cargos.
Si usted es de los que disfruta de Halloween, le sugiero un gran disfraz, muy terrorífico para este 31 de octubre: póngase la bandera de Ecuador.