Todos los alineados en la oposición, aun sin el definitivo pronunciamiento de Alianza PAIS, sobre la sucesión presidencial, y como ya se sienten derrotados, diseñan estrategias; de un lado, adueñarse de la Asamblea Nacional, y de otro, reanudar los calculados pasos previos a la arremetida contra el orden constituido, y para ello, en los dos casos, se arriman a la prensa privada para completar la hazaña, mediante intensa campaña de insultos y mentiras, en su intento por desprestigiar al régimen de la Revolución Ciudadana y a su líder, Rafael Correa Delgado. La oposición disgregada tiende a unirse, ya no por el candidato único y el reparto anticipado del botín, sino en la decisión de promover escándalos y trifulcas callejeras, en busca de víctimas para encender la mecha desestabilizadora del régimen del Buen Vivir.
Si los contrarios tanto pregonan y se pronuncian en defender la democracia y la libertad, es consecuente que se ubiquen leales a sus principios, dentro de una campaña de paz, altivez y respeto, con programas de gobierno serios y ofertas factibles; y, de no ser así, es imperativo de los ecuatorianos permanecer atentos al desarrollo de los sucesos, considerando que la gente que teme perder negocios, poder y privilegios se convierte en extremadamente peligrosa.
Como a los medios de comunicación privados, incluidos sus columnistas inclinados a la derecha, no les surten efectos sus quejas sobre el irrespeto a la libertad de expresión, a los derechos humanos, abuso del poder y presuntos preparativos para el ‘gran fraude electoral’, ahora se dedican a buscar con minuciosidad algún desliz del Gobierno o funcionario para promover la bullanga mediante los llamados ‘periodicazos’.
Ya comienzan a difundirse noticias alarmantes para alentar a los escasos revoltosos del FUT y unos cuantos indígenas desorientados a organizar movilizaciones callejeras y conatos de insurgencia. Por allí un diario derechista lucen titulares: ‘Las protestas en contra del Gobierno regresan a las calles en agosto’. ‘La Conaie anuncia un levantamiento con apoyo de sindicatos’. Carentes de argumentos y descartando posible diálogo con el Gobierno, se alistan, como siempre, para vociferar contra la obra social del régimen socialista siglo XXI.
Aunque por la pugna de intereses, ambiciones personales y enfermiza vanidad, los de la oposición no logran el presidenciable único, es evidente la existencia de un oculto pacto, que en su momento se divulgará para arreciar contra el prestigio del líder Rafael Correa, único garante, por la continuidad del proyecto de la revolución, y frenar con ímpetu y firmeza el riesgo de la restauración conservadora.
Como es costumbre, la oposición dispersa y perdedora, a medida que se aproxima un evento electoral, se comporta agresiva y violenta con el respaldo de la prensa aliada de la oligarquía, en su tarea de resistencia y temor por perder, definitivamente, sus negocios ilícitos, el poder y la vida de holgazán. No es fácil engañar, ahora el pueblo deplora el golpismo y detesta a los farsantes, que ofrecen y no cumplen. En la nueva contienda electoral, Alianza PAIS promete seguir en la construcción de la patria moderna, justa y libre de los explotadores del trabajo de otros. (O)