Publicidad

Ecuador, 07 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Melania Mora Witt

La ola derechista

16 de abril de 2016

Los analistas políticos aluden frecuentemente a flujos y reflujos en los procesos revolucionarios. Hay etapas de la historia en que corren vientos a favor, en las que los pueblos avanzan en el camino de sus reivindicaciones, al producirse la conjunción de factores objetivos y subjetivos que las posibilitan. En las de retroceso, esos mismos factores actúan negativamente y se suman obstáculos. Se da una  marcha atrás en lo alcanzado y una corriente de desánimo embarga incluso a actores que protagonizaron los cambios.

Parecería darse tal situación en América Latina al hacer una primera lectura de los resultados electorales en Argentina, Venezuela, Bolivia, y la amenaza creciente contra el gobierno de Dilma Rousseff. La presencia en segunda vuelta de dos representantes de la derecha peruana lo confirmaría. Sin embargo es preciso enfocar con objetividad todos los elementos, a fin de tener una visión más certera de la realidad, que entregue pautas para conducir las acciones futuras.

Si nos centramos en lo sucedido en Perú, deberíamos preguntarnos qué hizo o no cumplió el gobierno de Humala, que ha hecho posible ese escenario. La esperanza popular al momento de su asunción no fue correspondida por la política adoptada por el régimen. En lo económico se favoreció  la continuidad de las medidas neoliberales y con ello se provocó el distanciamiento de los sectores que lo apoyaron inicialmente. En lo internacional, se acercó a la alianza del Pacífico y colaboró muy tibiamente a la integración del Sur, planteada y dirigida por Chávez, Kirchner y Lula, posiblemente por el temor de comprometerse con los nuevos aires regionales. Ello explica por qué el discurso populista de Keiko Fujimori llegó a  amplios grupos marginados de la acción gubernamental. En cuanto a Kuczynski, él representa a la vieja y fuerte derecha de las grandes familias de la oligarquía peruana; es la reacción pura y dura. Pero no todo es negativo: si se suman los votos obtenidos por los candidatos Mendoza y Barnechea se llega casi a un respetable 25%, que de unirse y mantenerse en una oposición inteligente, permite albergar esperanzas para un futuro próximo.

El factor determinante en la oleada hacia la derecha tiene rostro económico. Los efectos de la crisis iniciada en 2008 se mantienen y agravan. China, el mayor puntal de crecimiento de la economía mundial, se enfrenta a problemas que para nuestros países redundan en una disminución de la demanda de las exportaciones regionales, a lo que se suma la caída drástica de los precios del petróleo, con un tremendo impacto en los programas gubernamentales de carácter social en Brasil, Venezuela, Ecuador. La onda expansiva que permitió a los gobiernos progresistas de la región iniciar cambios estructurales se ve detenida por la falta de recursos y abre la puerta al descontento, muy bien aprovechado por la derecha, causante de los problemas históricos,  que ahora presenta programas demagógicos.

La Argentina con Macri muestra la realidad de los planes de la derecha al llegar al poder. (O)

Contenido externo patrocinado