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El Telégrafo

La nueva justicia

13 de junio de 2014

Desde el siglo VII antes de Cristo hasta nuestros días, filósofos, juristas, políticos y literatos se han preocupado por la justicia. Han sentido la necesidad de definirla, de invocarla y analizarla.

A la justicia se la identifica como el bien supremo, como la más alta de las virtudes.

El tratadista belga Jean Dabin, escribe: “La justicia es, en primer lugar, virtud moral que pone en juego el perfeccionamiento moral del sujeto”. Luego agrega: “en el más amplio sentido, la justicia se confunde con la misma moralidad; a ella corresponde el cumplimiento de todos los deberes prescritos por la honradez, sin distinción de esfera o virtud, en la vida privada, individual o familiar; así como en la vida social, pública o política”.

En Ecuador, durante la larga y triste noche neoliberal, las élites manejaron el poder político; los ‘presidentes’ que llegaban a Carondelet eran simples marionetas de quienes habían financiado sus campañas electorales.

No satisfechos con manejar los hilos del Poder Ejecutivo, también controlaban el entonces Congreso Nacional. Se apropiaron -además- de juezas, jueces, secretarios y amanuenses. Eran dueños hasta de los archivos; de estos -cuando así les convenía- desaparecían los casos en los que estaban involucrados sus ‘compinches’.

La justicia de aquel tiempo no castigaba a los poderosos. Era obvio que no podía ni debía castigar a los jefes-propietarios.

El pueblo ecuatoriano, mediante referéndum realizado el 7 de mayo de 2011, dispuso una profunda transformación en el sistema judicial que todavía era lento, ineficiente y corrupto en varios despachos, puesto que seguían actuando numerosos jueces que habían sido nombrados por la partidocracia.

Es la nueva justicia la que ha dictado sentencia en firme para los dos hermanitos banqueros que hoy residen en Miami. Los hermanitos prófugos de la justicia ecuatoriana todavía se dan el lujo de manejar varios negocios en el Estado de Florida. Y claro, cuando por esos lares llegan los tiempos de candidaturas, asignan generosos fondos para las campañas políticas de presidentes, senadores y congresistas.

Es la nueva justicia la que sentenció al ‘armonioso’, por el gigantesco desastre que causó a millones de ecuatorianos que se quedaron con sus dineros congelados, con sus vidas congeladas, en medio de una pobreza que llegó sin previo aviso.

Susana Cajas y Luis Vaca, dos exmiembros del movimiento insurgente AVC, fueron detenidos y torturados en 1985, durante el gobierno de Febres-Cordero. Es la nueva justicia la que dictó prisión preventiva y varias medidas cautelares para nueve militares y un policía que están siendo juzgados por presunto delito de lesa humanidad. Es la primera ocasión que se tramita en Ecuador un caso tipificado como lesa humanidad.

La nueva justicia -nacida del pueblo- deberá seguir cumpliendo con su deber, para no retornar al oprobioso pasado en donde aquellos que todo lo compraban y todo lo revendían eran los ‘intocables’.

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