Con la firma del contrato con Ecuacorrientes (ECSA, minera china) el país se convertiría en minero, siguiendo a Bolivia, Perú y Chile. Es una actividad que tiene implicaciones, principalmente en la ordenación del territorio, económicas, fiscales, sociales y ambientales.
Actualmente hay desarrollo artesanal de la minería; entramos en una nueva era, es el comienzo de la explotación de la minería a gran escala y a cielo abierto, con transnacionales, en la que hay poca experiencia. Se trata de metales (cobre, oro, plata, plomo) y minerales metálicos. Según el Plan de Desarrollo Minero, hay cinco proyectos estratégicos mineros metálicos a gran escala y nuevas áreas mineras que se localizan en varias provincias del país, tanto del sur como del norte. El contrato señalado es para la explotación de cobre en Zamora Chinchipe, proyecto Mirador, provincia amazónica (sureste).
La ordenación del territorio implica el desarrollo equilibrado de la región y la organización física del espacio de manera ordenada y sobre la base de un criterio guía. Esta debe proporcionar condiciones para mejorar el nivel de vida de la población, proteger los recursos naturales y el ambiente y prever en el largo plazo el potencial uso del suelo. Un primer criterio de evaluación de la política minera es analizar si se cumple con los objetivos de la ordenación del territorio señalado.
De lo señalado por el Gobierno, se estipula que de las regalías que se recibirán, el 60% de estas se quedarán en la provincia. Del total, se destinará el 60% a obras de desarrollo en las comunidades y el 40% en inversión. Este es desarrollo social en hospitales, escuelas, centros de recreación, deportivos, servicios públicos, etc. Esto incidirá en el nivel de vida de la población.
Por otro lado, la generación de empleo directo e indirecto significará más ingresos para la población, que podrá aumentará su bienestar. Todo esto tiene que evaluarse para ver si tiene efectos en la reducción de la pobreza e indigencia en dicha provincia.
Respecto a los recursos naturales y el ambiente habrá impactos. En cuanto al primero, tendremos afectación del suelo, subsuelo, la flora y desplazamiento de la fauna. Esto implicaría un impacto paisajístico. Pero hay que evaluar no solo el impacto a corto plazo, sino a largo plazo respecto al uso del suelo en el futuro. Esto puede representar flujos de ingresos en el presente, pero pérdidas en el capital natural en el largo plazo y, consecuentemente, poco flujo de ingresos en el futuro.
En cuanto al ambiente, el estudio de impacto ambiental debe determinar los efectos que están relacionados con desalojo de material pétreo, consecuentemente, contaminación atmosférica con material particulado, contaminación del agua, superficial y subterránea; acuíferos, capa freática, relaves, etc.
Dicho estudio también contempla aplicación de sistemas de gestión ambiental que deben contener las medidas de mitigación, de remediación ambiental, de compensación. También hay que prever, cuando se termine la explotación, qué compromiso hay respecto a recuperar la zona y las medidas de reforestación.