Publicidad

Ecuador, 27 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Mariana Velasco

La meta es clara

01 de noviembre de 2023

La historia de la humanidad, nos ofrece ejemplos de alianzas políticas-sin satanizarlas- entre personajes, etnias, naciones y partidos que al considerar las circunstancias se aliaron para alcanzar fines superiores o urgentes sin que renegaran de sus principios y costumbres. 

En el caso ecuatoriano, la meta es clara: la profundidad de la crisis de seguridad y violencia en Ecuador, la negligencia en el sistema de salud pública antes y después de la pandemia del Covid 19, los recortes presupuestarios a los organismos autónomos, asfixiantes mecanismos para la participación ciudadana, la ninguna independencia de la justicia, el boicot permanente de la Asamblea Nacional, la corrupción galopante, el narcotráfico , sicariato, secuestros, la dudosa reputación de ciertos mando policiales y militares y el autoritarismo cotidiano, reclaman determinación para actuar con el más alto sentido de responsabilidad. 

Requieren de transformación el Estado, la convivencia democrática, el mejoramiento de las condiciones de vida, que incluye seguridad, generación de fuentes de empleo, trabajo de las mayorías, equidad, la eco-sustentabilidad, justicia social, igualdad, seguridad social y la soberanía nacional, entre otras. La situación demanda que se ponga por encima de las diferencias, las coincidencias entre organizaciones políticas en torno a las cuales se inicien los cambios y consolidaciones democráticas que necesita el país con compromisos programáticos puntuales para en una lógica muy sencilla, lograr mayoría. 

Se trata de pactos limitados con compromisos concretos. Desde el retorno a la democracia, no sería la primera vez que se alíen partidos y agrupaciones de orientación, ideas e intereses diferentes, pero que comparten objetivos nacionales concretos. Es hora de frenar el odio y la agresión para abrir nuevos caminos que conduzcan a un diálogo nacional auténtico instrumentado en una mesa de transparencia.

Es deber de todos-estado y sociedad civil- recuperar el concepto de nación para hacer cosas puntuales y bien hechas, bajo el precepto de que las auténticas concertaciones forjan demócratas y no clientelismo electoral. En año y medio, nadie puede hacer magia pero sí honrar la memoria del ex presidente, Clemente Yerovi Indaburu, quien se fijó tres objetivos fundamentales y los cumplió a raja tabla. (No tomarle amor al poder, llegar a la Constituyente de 1967 y equivocarse lo menos posible).

En ese contexto, sería dable conocer que los partidos afines y de oposición al plan de trabajo del nuevo presidente Daniel Noboa Azin, trabajen en una suerte de acuerdo nacional para con coherencia y amor patrio, poner a flote este bello país que cual Titanic se hunde. Es también obligación del líder tomar decisiones inteligentes y oportunas.

En este momento de la historia, ser presidente del Ecuador, implica poseer capacidad de diálogo y a través de él, manejo político; gran compresión de las necesidades del pueblo y desde el primer día en funciones, firmeza para la toma de decisiones complejas y difíciles. El pueblo está cansado del populismo, quiere menos discurso y más obras.    

Para citar un ejemplo, en lugar de ir a la guerra, las naciones europeas formaron una serie de alianzas o acuerdos entre sí. Los acuerdos estaban destinados a resolver disputas. También protegieron a las naciones y sus colonias. Estas alianzas estaban destinadas a calmar los temores y mantener la paz entre las principales potencias.

Las alianzas políticas, realizadas de forma transparente y en función de los millones de ecuatorianos, son una muestra de la fortaleza que tiene un sistema democrático, aunque otros puedan tomarlo como una debilidad y desesperación. Ellas permiten unir fuerzas cuando los actores políticos entienden que un sector acapara demasiado control del escenario público o cuando otro sector no tiene la fuerza política para gobernar solo.

Alianzas, coaliciones, concertaciones o acuerdos, son legítimos y legales en nuestro esquema social; por lo tanto, unir fuerzas debería consumarse sin consideraciones legales en su contra. El tiempo revelará el escenario real. 

Contenido externo patrocinado