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El Telégrafo

La mayoría silenciosa

04 de noviembre de 2011

Yo creo en la “mayoría silenciosa”. Una mayoría silenciosa que no sale a hacer plantones. Una mayoría silenciosa que no marcha con pancartas. Una mayoría silenciosa que no tiene canales o periódicos. Una mayoría silenciosa que no twittea, no bloggea, ni se pasa horas frente a la computadora para dejar sus comentarios en cada noticia, de cada periódico. Una mayoría silenciosa inquietada por el quehacer diario, del cumplir y que le cumplan, de llegar a fin de mes.

Una mayoría silenciosa que no anda paranoica por la vida pensando en la opresión y el autoritarismo del Gobierno, ni de los mismos pecados de la oposición. En fin, una mayoría silenciosa, preocupada pero moderada.

Una mayoría silenciosa qua ha sido mencionada por absolutamente todo candidato a cualquier cosa en cualquier lugar. Lo usó Richard Nixon en el 69 para defender su postura en Vietnam. Lo usó Bill Clinton para ganar la presidencia. Lo usan los “indignados” para identificarse. Lo usa Alianza PAIS  para sus campañas. Una mayoría silenciosa jaloneada de izquierda a derecha, en boca de todos, pero no siempre en las intenciones de todos.

Es una mayoría silenciosa que todo aspirante a presidente quiere representar. Una mayoría silenciosa que a veces es ganada con quimeras, otras veces con dádivas, otras veces con propuestas. Y ese será el reto de los presidenciables para el 2013. Un líder que pueda convencer a esta mayoría silenciosa cada vez más crítica y enterada.

Un líder que sepa confabular un proceso que se viene dando con los retos que se presentan con los cambios. Que sepa continuar y construir desde donde su predecesor concluyó. Que no quiera reinventar la patria.

El candidato tendrá que entender que estos años de conflicto mediático han dejado una mayoría silenciosa cansada.

Una mayoría silenciosa que quiere ver acuerdos, no concesiones. Y una mayoría silenciosa que sabe discernir; que no le gusta ser maltratada ni ver su inteligencia abusada (no sé qué tan efectivas serán esta vez los “el pueblo finalmente despierta”). Una mayoría silenciosa que busca una mejor calidad en el candidato, en el debate y en las propuestas.

Porque, así se nieguen a aceptarlo, esta mayoría silenciosa será la que decidirá los futuros electorales del país. Y es una mayoría silenciosa que ha dictado en las últimas elecciones cuál es la dirección que queremos tomar como país. Mientras los que son y los que no son tratan de representar sus ideologías, la mayoría silenciosa sigue esperando, escuchando, pensando, viviendo… silenciosa.

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