Ecuador tiene ya tres elementos inscritos en la ‘Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad’, de la Unesco. Al patrimonio oral y manifestaciones del pueblo zápara y al tejido tradicional del sombrero de paja toquilla, hoy debemos agregar la música de marimba, cantos, danzas y tradición oral de Esmeraldas.
Aunque en verdad, se trata de reparar un error; puesto que, en 2010, la Unesco aprobó la inscripción de la música de marimba del Pacífico Sur de Colombia, excluyendo a la provincia de Esmeraldas. Frente a esto, el entonces Ministerio Coordinador de Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) trabajaron en el expediente que permita sumar a esta declaratoria a Esmeraldas. Lo que se concretó en el gabinete binacional del 11 de diciembre de 2012, en Tulcán, cuando los presidentes de Ecuador y Colombia adoptaron el compromiso de promover la adhesión de Ecuador a la mencionada Lista.
La patrimonialización, en sí misma, no preserva los elementos y bienes patrimoniales, más aún cuando son imposiciones sin participación de las comunidades y los ciudadanos. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con la lengua del pueblo zápara, pues Ecuador ha fracasado en preservar ese patrimonio. Cuando la declaratoria hablaban la lengua 19 personas, hoy apenas cinco. Por ello, la misma Unesco sugiere no hacer declaratorias, sino más bien establecer salvaguardias. No olvidemos que las competencias patrimoniales, a través de un decreto ejecutivo, pasaron a los GAD. Y son ellos, los municipios y juntas parroquiales, los que deben determinar las acciones para la preservación de nuestros patrimonios. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos locales no está capacitada ni tiene los recursos para hacerlo. Es por ello que cada semana, lamentablemente, centenares de patrimonios se pierden y se destruyen a lo largo y ancho del país.
Recordemos que a través de la ‘Declaratoria de emergencia del patrimonio nacional’, Ecuador logró hacer lo que nunca se hizo por nuestros patrimonios bajo la ejecución del Ministerio Coordinador de Patrimonio. Además de la notable inversión, ya que se quintuplicó en el período 207-2012. Se establecieron los programas SOS Patrimonio; Vive Patrimonio; Ciudades Patrimoniales, Proyectos emblemáticos, etc. Y algo fundamental: se creó la Comisión Interinstitucional de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales y Patrimoniales, lo que permitía a Ecuador, por primera vez, trabajar de modo conjunto y, sobre todo, establecer políticas públicas patrimoniales. Sin embargo, inexplicablemente, se eliminó el Ministerio Coordinador y sus competencias pasaron a Cultura. Durante más de un año la Comisión ni siquiera se reunió y se eliminaron todos aquellos proyectos que, además, permitían la apropiación de los patrimonios por parte de la ciudadanía; lo que la exministra María Fernanda Espinosa llamaba, la “ciudadanización de nuestros patrimonios.” Incluso la línea 1800Patrimonio, para denuncias ciudadanas, desapareció.
En buena hora -de lo que sabemos- ya se ha descartado la descabellada idea de convertir al INPC en apenas un instituto de investigación, cuando -por el contrario- debe ser fortalecido, dotado de recursos, infraestructura y personal para cuidar, vigilar, supervisar y, de ser necesario, sancionar, cuando se cometan atentados a nuestros patrimonios. En la nueva Ley de Cultura, el capítulo de memoria y patrimonio debe ser prioritario y no marginal, pues no olvidemos que la patria no es sino la suma de todos los patrimonios. (O)