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El Telégrafo

La juventud y la Revolución Ciudadana

23 de noviembre de 2011

La Revolución Ciudadana dio importantes impulsos a la juventud para que participe en sus quehaceres. Le reconoció derechos en la Constitución y leyes. Muchos jóvenes, hombres y mujeres, han sido destacados a posiciones estelares. Buena parte ha cumplido con las demandas ciudadanas y patrióticas. No todos han tenido las condiciones políticas necesarias para  mostrarse con eficiencia en las tareas de vinculación a las masas, y en la contribución a organizar a la juventud y al pueblo, para  la sostenibilidad del proceso político.

En consecuencia con la necesidad de  defender  las reformas y emprender otras, y dada la agresividad de la derecha, toca a  AP y sus integrantes emprender acciones de organización, capacitación y ejecución de planes para ella.
Su rol ha sido discutido de sobra. En torno a la I Convención del Movimiento se organizaron importantes eventos de discusión teórica y tácticas de participación. Me constan los esfuerzos, pero también la marginación. Su voz y demandas no fueron escuchadas.

Hay que ir a la organización para una participación fecunda en todos los niveles. No debe haber una sola directiva ni acción sin participación juvenil.

Hay que tener el objetivo de organizar la Unión Revolucionaria de  Juventudes Ecuatorianas, como en los tiempos de la lucha anticonservadora y democrática de los 60, al calor de la revolución cubana triunfante, con líderes jóvenes  como Fidel, Raúl, el “Che”, Camilo; y con la participación política de patriotas, como Parra Velasco y Benjamín Carrión, que  iniciaron una amplia acción  con la izquierda y fuerzas populares, socialistas, comunistas, CFP y liberales de izquierda
a la cabeza.

Por cierto que los jóvenes de entonces  como los de hoy tenían a Bolívar, Sucre, Abdón Calderón como sus referentes históricos, y por cierto Eloy Alfaro. Más adelante, Pedro Saad, Manuel Agustín Aguirre, y tantos otros luchadores, que dedicaron y ofrendaron sus vidas a la causa del pueblo, sufrieron carcelazos,  con dictaduras y déspotas,  pandillas, agentes del imperio.

Ese objetivo es  históricamente necesario y  requiere que la JAP esté organizada, unida, clara, con acción sostenida de sus integrantes, y apoyos de dirigentes  y gobierno. Todo esto conducirá a esa organización, que hará historia, será imbatible, desarrollará junto al pueblo la RC.

Los jóvenes de la ciudad y el campo, marxistas, bolivarianos alfaristas, cristianos y demócratas de toda condición tienen este reto. Se debe responder sin dilaciones,  con apertura, inteligencia y generosidad.

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