Yaku Pérez es ecologista aunque no nació en la Floresta ni pertenece a la generación de millennials, como estereotipadamente se piensa de ellos. En Cuenca, de donde provengo, se lo conoció cuando era joven militando en las organizaciones campesinas de la región.
Proveniente de una familia humilde, logró graduarse como abogado y su activismo por el cuidado del agua fue una lucha temprana que no siempre fue entendida en la ciudad; sin embargo, hoy Cuenca exige una consulta popular para decidir su conservación.
Fue concejal de la ciudad e hizo una dura, y a veces poco argumentada, oposición al alcalde F. Cordero; luego de algunas campañas fallidas, recién como prefecto logró llegar al poder.
Los sectores campesinos e indígenas tienen sobradas razones por hacer suya la candidatura de Pérez; en el programa denominado “Minka por la vida” se puede advertir una suerte de “vía” campesinista y ecologista como visión de país, inspirada en la ancestral cultura de los pueblos indígenas. Se plantean cuatro Minkas: la ecología, la economía, la educación y la ética.
Para el cuidado de la naturaleza y la vida se define transitar hacia un post extractivismo, a través de suspender las concesiones mineras así como la no expansión de la explotación petrolera. Lo que si no queda claro es cómo se financiará ese déficit en el presupuesto.
Salud y educación entran como eje de reorganización de la producción. Será el cuidado del ser humano y su salud el que determine el despliegue de todos los procesos productivos.
En el sistema financiero se programa un giro fuerte, definiendo el ahorro e inversión como una meta. Se postula reducir las horas de trabajo, mantener el salario y permitir que se incorporen nuevos trabajadores. También se plantea una renta básica universal financiada con dinero electrónico, un tema que está en debate.
Se postula una ampliación de la seguridad social y fortalecimiento de educación emancipatoria y dialogo de saberes; libre acceso a educación superior ampliando matrícula a través de incrementar presupuestos. Una nueva ética asociada a una nueva estética; unir lo local con lo universal y una política internacional de integración y no alineamiento.
El reto de Pachakutik es soldar las evidentes fracturas internas, y que sus propuestas lleguen a un electorado empobrecido y desencantado, más allá del indígena y campesino. (O)