En estos días todos hablan sobre el impacto que la Inteligencia Artificial puede tener en el comportamiento de los seres humanos, en los beneficios y perjuicios que esto puede traer para el mundo laboral, en la retracción o en la generación de empleos.
Hace poco leí un artículo de uno de los diarios digitales de los Estados Unidos, y encontré un alarmante llamado de atención en relación con el impacto que este tema tendrá en el mercado laboral para las mujeres, basados en el hecho cierto de que, al ocupar muchas mujeres puestos de trabajo como asistentes, administrativos, secretarias, estos trabajos pueden ser más fácilmente prescindibles, con lo que el mercado laboral para este sector de la población disminuirá.
Si a esto se suma el poco relacionamiento de las niñas con las carreras STEM, es decir con las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, la situación puede volverse catastrófica para la población femenina a la hora de buscar empleos adecuados.
Muchos de los trabajos del presente, pero sobre todo del futuro, tendrán que ver con el avance de las ciencias, por lo que, si las niñas están excluidas de su estudio, van necesariamente a quedarse rezagadas, con las consecuencias que de ello se derivan.
Por ello es tan importante el desarrollar programas que incentiven en las niñas y adolescentes la inmersión en el mundo de las ciencias, cautivando su imaginación, desarrollando su creatividad, para motivarlas a escoger carreras científicas a la hora de decidir su futuro universitario.
Estas decisiones van a incidir en su inserción laboral cuando culminen sus estudios de tercer o de cuarto nivel y además tendrán un impacto en el desarrollo del país volviéndolo más competitivo en temas de talento y capacitación humana.