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El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

La inteligencia artificial y la integridad académica

25 de marzo de 2023

El lanzamiento del nuevo ChatGPT a fines de noviembre de 2022 realmente está revolucionado el mundo. Solo unas semanas después de aparecer, el chatbot en línea explotó en popularidad. En enero llegó a más de 100 millones de usuarios mensuales, lo que la convierte en la plataforma web de más rápido crecimiento de la historia. Las reseñas sobre su uso apuntan a que esta nueva herramienta de la inteligencia artificial (IA) va a ser un reto para la enseñanza académica, fundamentalmente porque el chat puede producir papers, que son la herramienta más importante del mundo científico. Los profesores todavía no han aprendido a detectar la autoría de tareas supuestamente hechas por sus alumnos.

Anna Fazackerley en The Guardian de Londres, el 19 de marzo, relata cómo un artículo titulado “Chatear y hacer trampa: Garantizar la integridad académica en la era de ChatGPT” escrito por el chatbot y en el que intervinieron académicos de la Universidad de Plymouth, fue publicado por una revista educativa. El artículo en mención, subraya cómo las herramientas de la inteligencia artificial plantean una serie de desafíos y preocupaciones, en relación con la honestidad académica y el plagio. Los revisores pares que autorizaron su publicación no pudieron detectar que el artículo había sido escrito por una máquina.

¿Qué es el chatbot de IA ChatGPT? Un bot es un programa autónomo en Internet que puede interactuar con usuarios. El GPT, abreviatura de "Transformador preentrenado generativo", permite que las personas hagan cualquier pregunta al robot de inteligencia artificial (IA). Utiliza un formato de diálogo y es capaz de comprender el lenguaje humano al mismo tiempo que genera textos escritos similares a los que redactaría un humano.

La herramienta tiene sorprendidos a los expertos por su capacidades de escritura inteligente, resolución de tareas complejas y facilidad de uso. Ha sido producida por el organismo de investigación independiente OpenAI, fundado por Elon Musk, está basado en el aprendizaje automático y está diseñado para proporcionar información y responder preguntas a través de una interfase conversacional. Su formato hace posible que el ChatGPT responda preguntas complejas, haga seguimiento y cuestione premisas incorrectas.

Esta tecnología avanza tan rápidamente porque significa una alternativa al Google, dando respuestas, utilizando formas de escribir altamente sofisticadas y hasta resolviendo problemas de diseño. Dicen los representantes de OpenAI que las aplicaciones del ChatGPT al mundo real, dentro de poco, podrán generar contenido para sitios web o responder consultas de clientes. Afirman también que más tarde vendrán asistentes que conversen con el usuario, respondan a sus preguntas e inclusive les den consejos. A medida que Open AI trabaje en hacer esta tecnología todavía más práctica, dicen los técnicos, “los asistentes harán las tareas que estamos acostumbrados a hacer”.

¿Hasta dónde llegará la IA en la preparación de tareas en la investigación? Con lo preocupable que resulta, parece que todavía es posible detectar cuándo se ha usado el ChatGPT en un trabajo, especialmente porque el sistema no comprende cómo utilizar referencias académicas, –lo que es parte vital del trabajo universitario escrito–, y a menudo usa referencias incorrectas e inclusive las inventa. 

Durante años, las universidades han estado tratando de desterrar la plaga de ensayos que se venden. Ahora los profesores están más preocupados aún. “El ChatGPT es plagio de alta tecnología; socava la educación”, dice Noam Chomsky, filósofo, lingüista, autor y conocido intelectual estadounidense. “Durante años ha habido programas que han ayudado a los profesores a detectar ensayos plagiados”, dice el autor y añade “Ahora va a ser más difícil porque es más fácil plagiar”. El intelectual de 94 años califica al ChatGP como "sólo una forma de evitar el aprendizaje". La cita sobre Chomsky la hace Alexander Gale en su artículo “El ChatGPT amenaza la educación universitaria….” en el periódico digital GreekReporter.com del 20 de febrero de 2023.

La única medida posible para contrarrestarlo es tratar de comprobar si los estudiantes han usando el software. Ya algunas instituciones académicas europeas han elaborado guías para los profesores sobre cómo detectar que un estudiante ha hecho trampa usando ChatGPT y han establecido lineamientos de cómo penalizar su uso, inclusive con la expulsión de los infractores. Las instituciones norteamericanas también están preocupadas. Las autoridades de la U. de Yale enviaron a principios de año un instructivo a los profesores sobre el aumento del uso de la IA y sus implicaciones para la enseñanza y la investigación. El instructivo incluye un enlace a una nueva página web destinada a proporcionar orientación y recursos. La página contiene reflexiones sobre la integridad académica, da ideas para integrar la IA en las tareas y provee ejemplos de planes de estudios que abordan el uso de la tecnología de IA por parte de los estudiantes. Estos datos lo publica la universidad en su periódico digital Yale News del 23 de marzo de este año.

Los académicos se preparan para conocer su uso e inclusive sacar ventaja de su capacidad. Apuntan a hacer del ChatGPT y de los demás sistemas que se están desarrollando herramientas para la expansión del conocimiento.

¿Es posible que el ChatGPT reemplace a los humanos en otras tareas? Muchos entran ya en pánico. Se especula que las profesiones que dependen de la producción de contenido podrían volverse obsoletas, por la capacidad que tiene el sistema de generar textos escritos similares a los humanos. Podríamos pensar en guionistas, escritores, dramaturgos, profesores, programadores y periodistas. Sin embargo, todavía el chatbot carece de los matices que ponemos los humanos, no tiene nuestras habilidades del pensamiento crítico y tampoco tiene la capacidad de tomar decisiones basadas en la ética. Hay quienes afirman que las tareas que realiza son todavía muy básicas y que a medida de que las tareas sean más especializadas será mucho más difícil transferir el trabajo a un robot.

 

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