Si bien la mayoría de investigadores y políticos no dan importancia a la educación como un factor fundamental para reducir la inseguridad y en particular la delincuencia, no es el caso de Bernardo Kliksberg, quien tiene autoridad científica y mucha experiencia mundial y expresa de forma categórica lo siguiente:
“Hay una correlación estadística absoluta entre más educación y menos delincuencia. Cuanta más escolaridad y trabajo decente haya, menor será el nivel de inseguridad en la sociedad.
Para poder insertarse en el mercado de trabajo formal hay que tener por lo menos doce años de escolaridad. Se muestra estadísticamente que con menos de una secundaria completa hoy las empresas, con razón, en el siglo XXI en un mundo tecnológico tan avanzado, no aceptan siquiera mano de obra para salidas menores no calificadas y resulta que ahí hay un cuello grande. Porque el 50 por ciento de los jóvenes en la mayor parte de América Latina no terminaron el colegio secundario. No porque les falte cultura de estudio, sino porque la pobreza está ahí presente en el 34 por ciento de la población.
Hoy las cifras siguen siendo muy lejanas a lo que se necesita. Resulta que de cada tres chicos pobres solo uno termina la secundaria. Y sin secundaria van a ser marginales. El tema central es el acceso a la educación y el acceso al trabajo. Esos son los temas estratégicos centrales. Si no se resuelve la atención a los jóvenes, va a haber niveles de conflictividad altísimos y es de mirada muy corta ver como se desarrolla este drama. Que es drama para toda la ciudadanía: el de la inseguridad ciudadana.… ¿Saben cuáles son los países del mundo que tienen menos criminalidad joven? Son Noruega, Suecia, Dinamarca, que tienen menos de un homicidio cada cien mil habitantes por año. En América Latina tenemos 26 homicidios cada cien mil habitantes por año, y en el Salvador 70 homicidios cada cien mil habitantes por año. ¿Cómo lo lograron los países nórdicos? ¿En base a aumentar el número de patrulleros en la calle y las alarmas eléctricas y hacer penas más severas? No. Son los países que tienen la menor cantidad de policías por habitante. O sea: la inversión en fuerzas de seguridad es la menor en todo el planeta.
Hay que retener a todos los niños y adolescentes en el sistema educativo y proporcionar trabajos dignos, para que la delincuencia deje de ser un problema de inseguridad social.