¡Hermosa expresión! con la que el pueblo cubano distingue a sus héroes, no solo a los que fraguaron el triunfo de la Revolución, sino a los que enfrentaron la invasión a Playa Girón hace 50 años.
Recordemos, al respecto, que un grupo de exiliados cubanos, en el amanecer del 15 de abril de 1961, bombardearon las flotillas aéreas cubanas. En el entierro de las víctimas, el 16, Fidel proclamó el carácter socialista de la Revolución.
El 17, en menos de 72 horas fueron hechos prisioneros cerca de 1.200 mercenarios. No se maltrató a ningún prisionero. Sometidos a juicio, el Fiscal los acusó de traición a la patria y los condenó al pago de una indemnización con prisión subsidiaria. El 21 de diciembre de 1962, el Gobierno de los EE.UU. pagó por su devolución la suma de 70 millones de dólares, exigida por Cuba en alimentos y medicinas para niños.
En homenaje a tan significativas fechas, del 16 al 19 de abril pasado, tuvo lugar el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuyas resoluciones son de un gran significado para la construcción del socialismo, en estos tiempos de la globalización neoliberal.
Los cubanos están conscientes de la realidad de su país. Difícil por las carencias económicas internas, impuestas por el bloqueo económico, el más prolongado que haya conocido la historia de la humanidad. Once administraciones de los EE.UU. lo han aplicado y recrudecido. Sin embargo es admirable cómo ha generado salud, educación, ciencia, arte, cultura. Solidaridad.
Los debates del Congreso se centraron fundamentalmente en el análisis de carácter económico, tendiente a elevar el actual nivel de vida de la población, y asegurar la continuidad del proceso socialista. Objetivos sustentados en cinco principios básicos, entre ellos, el “De cada quien su capacidad a cada cual según su trabajo”. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que es el trabajo la única fuerza creadora de los bienes indispensables para la sobrevivencia humana. En una sociedad que en una fase superior de su desarrollo se sustituirá por el principio: “De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades”. Para ello, el socialismo creará condiciones favorables para lograr el crecimiento de la producción, la cultura y el bienestar.
Algo que llamó la atención fue la presencia de muchos jóvenes en el evento. Ya van cuatro generaciones formadas por la Revolución. Muchos de los dirigentes del partido son menores de 40 años. De esta manera, las nuevas generaciones asumirán sus responsabilidades como dirigentes de un socialismo remozado.
Por supuesto, no se puede negar que la generación histórica sigue cumpliendo sus funciones. Consecuentemente, constituye para las jóvenes generaciones el ejemplo vivo, impulsor del progreso social cubano.