Una falacia lógica es un argumento que parece válido, pero no lo es. En un debate que pretende ser respetable, la falacia equivale a morderle la oreja al contrincante que te está sacando la ishpa en un combate de box.
Tengo la impresión de que, de todos los tipos de falacias lógicas que usamos cuando estamos rotos la nariz, la más usual es la falacia de generalización. Y es tan usada que hay falacias de generalización de varios tipos:
1.- Falacia de la conclusión desmesurada o de olvido de alternativas.
Consiste en usar datos reales para inducir un error estirando las posibilidades de lo que estos datos pueden realmente probar.
Un ejemplo: “Hace mucho tiempo que los quiteños no salen a la calles hasta tumbar al presidente, es porque están contentos”. El primer dato es real, el segundo probablemente no, pues hay otras posibilidades, como que miles de quiteños recuerdan que cada vez que tumbamos un presidente, vino algo peor.
Yo le llamo la falacia del hecho el vivo.
2.- Falacia de la casuística.
Es el vano esfuerzo de rechazar una realidad usando un par de excepciones.
Hay negadores del calentamiento global que se enteran de una ola de frío inusitada en algún lugar del mundo y concluyen que cómo va a haber calentamiento global si en tal se han congelado las patas.
Yo le llamo la falacia del diosito dame una señal.
3.- Falacia del embudo o del caso especial.
Se trata de romper una norma con una justificación ridícula. Es el arma típica de los chupamedias para defender a sus amos.
“¿Por qué es tan grosero el señor fulano?”.
“Es que es muy espontáneo”.
Esta falacia se cae cuando otro “espontáneo” ataca al señor fulano, entonces al chupamedias la falacia ya no le sirve y se pone a buscar un cuchillo.
Yo le llamo la falacia del barrabrava.
4.- Falacia de la generalización precipitada.
Esta es la falacia de mis simplones favoritos. Es el sofisma que usa datos incompletos para arranchar una conclusión total.
“Un animalista ha festejado la muerte del hijo de un torero, es que todos los animalistas son una basura”.
Yo le llamo la falacia del me da miedo pensar.